Los estados del sueño se mencionan tanto en la parte de la Torá como en el haftarah de Hanukkah para parashat Miketz. Voy a disertar acerca de los sueños en la parte de la Torá, pero primero quiero hablar brevemente sobre los sueños en general.
La mayoría de las personas puede identificarse con los sueños debido al misterio maravilloso que representan a veces en comparación con la naturaleza, con frecuencia dura, de la vida diaria. Los sueños parecen producirse a menudo al azar, sin ninguna explicación racional, pero a veces expresan claramente nuestras fantasías, esperanzas o incluso el deseo de escapar del mundo real.
Mi suegro, por ejemplo, perdió el uso de sus piernas debido a complicaciones relacionadas con la diabetes. Un hombre activo que siempre amó trabajar, conducir su camioneta y visitar regularmente a sus amigos en la cafetería local, pasó los últimos años de su vida en cama y sillas de ruedas en una institución de cuidados de larga estancia.
Una vez le pregunté: “En tus sueños, ¿puedes caminar?”.
Él me contestó: “En mis sueños, no solo puedo caminar, sino que puedo volar”.
Los sueños expresan a menudo una intensificación de la emoción. No queremos despertar de algunos sueños, mientras que otros son tan terroríficos que nuestros corazones se aceleran y nos despertamos sobresaltados. Somos muy afortunados de que no todos nuestros sueños se convierten en realidad.
Desde tiempo inmemorial, los sueños han sido considerados en muchas culturas también como ventanas a través de las cuales podemos ver el futuro. ¡Qué creencia más atractiva! Tener la capacidad de ir a dormir y ver realmente acontecimientos futuros que sucederán mañana, al mes siguiente o el próximo año sería un buen don. Lamentablemente, se puede argumentar que los sueños a menudo dicen más acerca del estado emocional y mental del soñador que del futuro.
Nosotros recordamos durante mucho tiempo acontecimientos que son únicos de algún modo, y muchas de estas experiencias se graban en nuestro subconsciente. Se puede considerar que los símbolos de nuestros sueños representan algún estado emocional o un acontecimiento que ha sucedido de alguna forma y que podría suceder de nuevo de un modo ligeramente diferente debido a la repetición de los patrones generales de nuestras vidas. Por eso, los sueños tienen que ser interpretados normalmente para que signifiquen algo para nuestras mentes conscientes.
El bienestar de su país probablemente había estado relacionado con Faraón durante algún tiempo. En Génesis 41, se fue a dormir y soñó con siete vacas rollizas seguidas por siete vacas flacas, y después siete buenas mazorcas de maíz seguidas por siete mazorcas de maíz finas. También, en Zacarías 4:1, del haftarah especial, un ángel despertó a Zacarías como se despierta a alguien que está dormido y le preguntó qué estaba viendo.
José no era una persona que pudiera interpretar los sueños correctamente debido a tener una sabiduría inherente. En Génesis 41:16, le dijo a Faraón que no estaba “en él” conocer la interpretación de los sueños, sino que Dios daría a Faraón una respuesta propicia. Zacarías buscó también la ayuda del ángel para comprender lo que veía, según se menciona en Zacarías 4:4-5.
José le dijo a Faraón en Génesis 41:25 que Dios anunció a Faraón lo que Él iba a hacer. Aunque por inspiración divina, José podía interpretar los que sueños significaban que siete años de abundancia serían seguidos por siete años de hambruna, no tenía el poder de garantizar los siete años de abundancia. Lo único que podía hacer era almacenar la abundancia preparándose para los años de escasez.
La interpretación de los sueños de José con detalles específicos requería valor. Si todo sucedía como él interpretaba, sería percibido como un profeta o como un intérprete de sueños inspirado. Si no sucedía como lo predecía, como mínimo no confiarían nunca más en él como intérprete de sueños. Afortunadamente para José, las cosas sucedieron exactamente como él predijo.
Hoy seguimos soñando y buscamos comprender nuestros sueños exactamente igual que la gente lo hacía en el Tanaj. Hay muchísimos factores que pueden cambiar e influenciar el resultado de un acontecimiento, el único modo de predecir con éxito los detalles específicos es tener el control total de cada posible variable. Desde un punto de vista humano, dicho control total y absoluto es imposible. Por lo tanto, en lugar de considerar nuestros sueños como previsiones del futuro, quizá deberíamos intentar aprender lo que los sueños dicen sobre nosotros como individuos para que podamos realizar un poco de superación personal.
Hay temas comunes en muchos de los sueños de las personas. ¿No hemos soñado todos alguna vez con que nos persiguen? ¿O quizá hemos soñado en estar en un veloz automóvil sin manera de controlarlo? Otro sueño común para mucha gente es la capacidad de volar. ¿Qué dicen dichos sueños recurrentes acerca de nosotros como especie?
Cuando yo sueño con volar, nunca tengo la suerte de ser como Supermán o el Hombre de Hierro. Nunca me propulso por el aire con la mayor facilidad por medio de un autopropulsor invisible o por ingravidez. Para mi decepción, siempre tengo que volar con gran esfuerzo contra el viento y es muy difícil no caer. Permanecer en el aire parece ser posible para mí en sueños, pero siempre es una tarea incierta y dura. Así que incluso en mis sueños se me recuerda que cualquier cosa que valga la pena requiere normalmente mucha dedicación.
Hoy, a menudo usamos el término sueño en el sentido de algo bueno que queremos que suceda. Así, nuestros sueños despiertos son la expresión de nuestras esperanzas para el futuro. Si los soñadores quieren ver sus sueños realizados, es aconsejable que alineen sus sueños con lo posible y tengan determinación hasta que sus trabajos proporcionen los resultados deseados.
Martin Luther King, Jr.dijo en los escalones del Lincoln Memorial: “Tengo un sueño”, y después trabajó para hacer de su país una nación mejor. En consecuencia, se ganaron muchas batallas contra el racismo y la injusticia. Vamos a tener sueños que logren el bien en el mundo y después trabajemos para que sucedan con energía infatigable.