“Habla con los hijos de Israel, y le dirás a ellos (así): Todo hombre o mujer que declaren –explícitamente- y prometan una promesa para hacer una “nezirut” para cuidarse –y asumir prohibiciones- ante El Eterno; del vino y de las bebidas alcohólicas se alejará, vinagre de uva y vinagre de bebidas fuertes, no tomará…”
La parashá demuestra cuán poco sabemos sobre nuestra Toráh, y aún no conocemos ni un ápice de sus múltiples facetas.
Las seiscientas trece mitzvot de la Toráh, sus distintas ramificaciones y profundidad en el entendimiento, demuestran la monumental sabiduría y genio involucrados en ella, su perfección y balance ¡No se aumentara a ella y tampoco se disminuirá!
Siendo así, es difícil imaginar que alguien se atreva a aumentar más prohibiciones a las ya mencionadas. Aun más ¿De qué manera funciona dicha prohibición? ¡Di´s explícitamente la ha permitido!
De hecho la misma Toráh nos da el poder para inventar nuevos estatutos.
Analizando el texto, observaremos que el Nazir juega un papel ambivalente. Por un lado es un “Nazir La HaShem” para Di´s, y por otro, deberá traer un sacrificio Jatat, aquel que se ofrendaba a raíz de alguna falta o error.
Él es Nazir para Di´s porque sacrifica su vida mundana ante El Creador, se aleja un poco más del mundo superfluo; “lleva una corona de Su Di´s, sobre la cabeza” al no poder tomar vino ni sus productos.
Y a pesar de todo, este buen yehudí es un trasgresor, y por ello deberá ofrendar un sacrificio jatat ¿Por qué?
Explican nuestros sabios en la Talmud (Nedarim 10ª), que cuando una persona establece más límites de los impuestos por El Todopoderoso para restringir placeres físicos creados para nuestro deleite, ello en sí mismo es una trasgresión, ya que contraría el propósito original de la creación.
Es muy fácil no hablar mal de los demás alejándonos de la sociedad, aislándonos de los demás, pero socializar y hablar con todos, pero de manera correcta, es mucho más admirable.
Distintas religiones y sectas proponen el alejamiento total de los placeres terrenales por medio de reclusión, flagelación y ayuno. Quien no logre soportar ese tren de vida se entregará enteramente a la vida mundana, retirándose de lo espiritual. Nunca habrá conciliación entre su parte animal y su parte espiritual.
No obstante, el principal objetivo de la Toráh es el de crear seres humanos concientes, los cuales busquen espiritualidad verdadera, que surja de dentro de un mundo físico-material, dándole uso correcto a lo que nos rodea, logrando así una cercanía sincera con Di´s.
Shabat Shalom
De esa manera se imparte la bendición, creo.