“Bien agradecidos o mal agradecidos”
Normalmente estamos todo el tiempo recibiendo cosas que van desde un sueldo, desde un cariño u otros recibimientos que a veces pasan desapercibidos o los hacemos inconscientemente y no nos ponemos a pensar si de alguna manera somos bien agradecidos o mal agradecidos como comúnmente se suele decir y simplemente porque constantemente se nos pasan decirle las a los demás algo aún no nos llevemos porque existe la palabra respeto y al no decirlo es porque lo devaluamos y sentimos que no se lo merece y el punto es el también dar y esto se ve ya con que Hashem recurrió a Moisés y lo instruyó para que le dijera al Pueblo Judío que cuando entrara a la tierra que Hashem había que entender lo que es entregar para que esto fuera como una herencia eterna y empezar a sembrar, y el sembrar por un lado es algo físico, pero también se siempra cariño y respeto por las personas y en la parte física cuando salían los primeras frutos (bicurím) había que llevarlos al sagrado templo, y así esto representaba una gratitud por todo lo que Hashem hace y de esta manera como lo hemos dicho tanto una persona como Hashem, tiene la posibilidad el decir la palabra clave que es ¡gracias!.
De esta forma podemos entender tanto una relación física al relacionar los productos que se obtienen de la tierra y la relación con Hashem, por una parte material pero a la vez espiritual, Hashem nos entrega algo físico pero a la vez algo para que apreciemos lo que nos da y cuando ocurren problemas, estos no es por un problema de que hubo algo mal en la técnica de sembrarlo, sino más bien en algo que nos fallo a nosotros como individuos, y de esta manera Hashem utiliza la parte física para avisarnos que algo estamos haciendo mal y por eso es importante que tengamos alegría y la felicidad de agradecer también con las Mitzvot, es un componente muy importante dentro del Pueblo Judío. Así como otras Mitzvot que requieren de Kavaná (intención) para poder cumplirlas, hay Mitzvot que requieren de Simjá (alegría) para que sean llevadas a cabo y de agradecer.
El llamado de diezmar era cuando se debería dar también al levita, al extranjero al huérfano y a la viuda. Hashem ordenó al Pueblo Judío cuidar y guardar sus mandamientos, para que el Pueblo Judío fuera exaltado y así una serie de agradecimiento por así llamarlo.
Pero sucede que si no agradecemos aún por el más mínimo detalle, el Pueblo Judío recibiría maldiciones, de tal manera que lo que antes eran bendiciones se volverían en contra del Pueblo Judío, pero también serían agregadas muchas desdichas, como por ejemplo tener que servir a los demás pueblos, sufrir muchas enfermedades y plagas que irían en aumento, no habría reposo, las familias sufrirían violencia, habría mucha ruina, otros aprovecharían las obras de las manos del Pueblo Judío y muchas más; pero sobre todo, el Pueblo Judío sería esparcido entre las naciones y de esta manera la pregunta es si hemos sabido agradecer o más bien siempre seremos mal agradecidos.
Por otra parte debido a que Hashem nos pide hacer cosas o de quizás recibir cosas surje una pregunta: ¿Por qué hay más advertencias en cuanto a la desobediencia que sobre la obediencia? Porque el corazón de nosotros es dado a olvidar lo que puede suceder si se escoge la opción incorrecta, que es lo que Hashem no desea para el Pueblo Judío. Muchas de las acciones en desobediencia quizá pueden satisfacer el cuerpo y los sentidos, pero alejan al ser humano del camino de la Torá y por ello, teniendo en cuenta que de ninguna manera Hashem quiere que el Pueblo Judío escoja el mal camino, advierte más fuertemente sobre lo que implica desobedecer que el obedecer y por eso hay que estar agradecidos y no ser mal agradecidos y así como nos dan, también el poder dar.
¡Shabat Shalom!