Pinjás: Linaje

Y sucedió después de la epidemia

Y habló Di´s a Moshé y a Eläzar, hijo de Aharón el Cohén, diciendo. Procedan al conteo de toda la congregación de Israel, de los veinte años en adelante, de acuerdo a la casta paterna, todo quien sea apto para el ejército de Israel” (26/1,2)

He aquí un nuevo conteo del pueblo de Israel, justo después de la gran catástrofe que sufrieron (pues veinticuatro mil hombres perecieron en ese infortunio), y antes de su entrada a la Tierra Prometida.


¿Cuál fue el propósito de dicho censo? ¿Acaso no hubo otros momentos en la estadía en el desierto, en los cuales también la congregación fue mermada, y no se realizó un nuevo conteo?

Si el objetivo del censo fue exclusivamente para determinar el territorio que debía recibir cada tribu, se entiende por qué los censaron antes del ingreso a la tierra, pero ¿Por qué fue aludido en el marco de la epidemia?

Explica Rabí Shimshon Hirsch, ZT”L:

“Un capítulo termina en la primera parte de un versículo – “Y sucedió después de la epidemia” – dejando un espacio abierto para concluir con uno nuevo – “…procedan al conteo de toda la congregación”.

Para enseñarnos que, después de la muerte de todos los que se adhirieron al servicio de idolatría del Peör, se abrió un capítulo nuevo y nítido en la vida de la nación hebrea. Surgiendo de este episodio, un Israel que resplandecía de pureza, pues lograron erradicar la promiscuidad de sus ámbitos, saliendo a relucir un linaje limpio y casto.

Por este motivo fueron contados de nuevo precisamente después de la epidemia.

Todos, y cada uno, pudieron contarse de acuerdo a su estirpe, así como sucedió después de la salida de Egipto. De esta forma quedó demostrado, que la procedencia paterna de cada hijo del pueblo judío no se hallaba en duda.

La Toráh continua, diciendo.

“Y habló Moshé y Eläzar, el Cohén, a ellos, en las planicies de Moab…”

De esta manera la Toráh relata de qué manera dio comienzo dicho conteo.

Nótese  que  no  fue  mencionada  la  palabra censo, o registro, sino, “hablar a ellos”. Moshé y Eläzar llamaron a cada uno, y lo relacionaron con su ascendencia paterna y su apellido.

De este hecho se concluye, que el propósito principal del conteo no era para saber la cantidad de personas de cada tribu, sino, llamar a cada individuo por su nombre, y concernirlo a su linaje y procedencia tribal, para conocer su rol dentro de las necesidades públicas de la nación judía, pues deberá salir con las “huestes de Israel”.

Señalar a cada uno por su nombre, proporciona al individuo el suficiente conocimiento personal, para reconocer la importancia de su aporte a sus congéneres, familia y tribu, quienes contribuyen, a su vez, a la materialización de la meta nacional.”

Cabe destacar que, de acuerdo a la explicación de Rabí Shimshon, se entiende por qué este “conteo” fue determinante para la equitativa repartición de la tierra. Pues la verdadera contribución espiritual de ellos se iría a manifestar en su terruño – hogar y cuna de su acervo espiritual – y cada uno se asentaría en la parcela que más le proporcionaría elementos para desarrollar ese potencial heredado. Generándose así un ciclo de reabastecimiento espiritual en pro de toda la comunidad de Israel.

Curiosamente, el número de integrantes del pueblo judío en ese momento, correspondió a la cantidad que salió de Egipto. Demostrándose, en cierta forma, que el propósito original de la gran redención sucedida hacía cuarenta años, estaba por consumarse en esos momentos; Cuerpo (la Tierra de Israel) y alma (la Toráh adquirida en Sinaí) unidos para la materialización del objetivo universal de la creación: Llevar a la humanidad al reconocimiento de su Creador.

Así, el reconocimiento de nuestra identidad, de nuestros valores, y de nuestras fuerzas espirituales particulares, nos permitirá desarrollar al máximo nuestro potencial escondido. Permitiéndonos trascender nuestros propios límites, al dar de nosotros mismos a los demás.

No obstante, para consolidar lo mencionado, es determinante cuidar nuestra pureza interna, alejándonos de lo que nos proponga salir del marco de nuestras mitzvot, y nos invite a renegar de nuestro linaje ¡Mucho éxito!

Shabat Shalom

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