Shemini

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En el octavo día luego de los “siete días de inauguración” Aarón y sus hijos comienzan a oficiar como cohaním (sacerdotes); un fuego Divino aparece para consumir las ofrendas del altar y la Presencia Divina viene a morar en el Santuario.
Los dos hijos mayores de Aarón, Nadav y Avihú ofrecen “un fuego extraño frente a Di-s, que Él no les ordenó” y mueren en el Santuario. Aarón permanece en silencio frente a la tragedia. Moshe y Aarón están en desacuerdo al respecto de un punto específico de una ley de las ofrendas, pero Moshe da la razón a Aarón.
Di-s entrega las leyes de cashrut – comida apta para ser consumida, identificando las especies animales que pueden ser consumidas y aquellas que no. Los animales terrestres están permitidos sólo si tienen las pezuñas partidas y son rumiantes; los peces deben tener escamas y aletas; una lista de aves no casher es dada, y una lista de insectos casher (cuatro tipos de langostas).
También son dadas algunas leyes de pureza ritual, incluyendo el poder de purificación de la mikve (una pileta de agua con características especiales) y de los manantiales. Con lo cual el pueblo judío recibe la orden de “diferenciar entre lo impuro y lo puro”

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Cuánta verdad encierra el dicho “las apariencias engañan”. Muchas veces nos dejamos llevar por la primera impresión, para luego descubrir que estábamos en un error. Y lo más grave es que esto ocurre frecuentemente con las personas. Debemos tener cuidado y aprender de la Parashá. En ella se nos dice que un animal es casher si tiene pezuña partida y es rumiante. Pero hay animales que tienen una sola de estas señales y es esta la que exhiben. Es lo que hace el cerdo, que cuando se acuesta muestra las pezuñas partidas pero oculta que no es rumiante y es lo que hace el camello, que al acostarse esconde las patas (que no tienen pezuña partida) y muestra que es rumiante.
Repito, LAS APARIENCIAS ENGAÑAN… a buen entendedor…


¿QUIÉN CREE EN EL MASHIAJ?
Por Yanki Tauber
Un querido amigo mío dirige un Website sobre Mashiaj y la redención. Algo que recibe es muchos mails, la mayoría de los cuales reciben su respuesta. Con su amable permiso (y el amable permiso de su corresponsal), quisiera reproducir uno de tales intercambios.

Querido Rabino:
Como alguien que se ha criado en una comunidad Reformista, y a quien se le dijo de niña que no hay Mesías y no hay Cielo… Me pregunto si realmente podré creer en el Mashíaj. Parece que lo que me enseñaron de niña tiene una fuerte influencia. ¿Podré alguna vez aceptar este concepto sin dudas?
Susan

Querida Susan:
Todos estamos condicionados por nuestra crianza para ser receptivos a ciertas palabras y lemas, y para resistirnos a otra clase de palabras o lemas. En el entorno en el que usted creció “Mashíaj” era un término extraño y aun negativo. Pero eso son solo palabras. Si va más allá de las palabras, y piensa acerca de lo que significan realmente, encontrará que su significado es compartido por toda comunidad y toda familia. En efecto verá que es más receptiva a ella.
Pregúntese: ¿Cree que lo podemos hacer mejor? ¿Qué cada ser humano, profundamente, quiere y puede, ser mejor, más bueno, más noble de lo que es? Piense en su propio comportamiento: ¿Cuántas veces, al despertar de hacer algo malo o negativo, se ha consolado diciendo “No es mi verdadero yo”? Bien, si usted piensa así, por razonamiento otras personas —quizás todas las personas —también piensan así ¿no es así?
Pregúntese: ¿Está indignada con la crueldad y el mal de nuestro mundo? ¿No refleja esta indignación una creencia profundamente arraigada de que las cosas no deben ser de esta manera? ¡Que nosotros —todos nosotros —somos capaces de mejorar! Si no, entonces no hay realmente nada por qué disgustarse. Si el mundo es malo, entonces así son las cosas. Pero sabemos que no es así. Sabemos que el mundo es intrínsecamente bueno. Por ello nuestra frustración y angustia cuando no funciona de esta manera.
¿Piensa que la vida tiene un propósito? ¿Piensa que hay un motivo por el que está aquí? ¡Por supuesto que si! ¿Sino, para qué se molesta en levantarse de la cama por la mañana? ¿Para qué molestarse en afrontar todos los obstáculos, grandes y pequeños, que la vida le presenta? ¿Y es usted la única que se levanta de la cama por la mañana? ¡Billones de personas lo hacen cada día! Obviamente todas ellas creen en algo: creen que todo va a algún lugar, ¡Y algún día estaremos ahí! Por miles de años los judíos tuvieron una palabra para esto. Lo llamaron “Mashíaj”. Desgraciadamente ocurrieron dos cosas que la hicieron una palabra extraña para muchos de nosotros. Una cosa que ocurrió fue que fuimos alejados del conocimiento y sabiduría que nuestros abuelos han venido trayendo con ellos durante 4000 años, por lo que olvidamos lo que muchas palabras significan realmente. Y aun antes de que ocurriera, la palabra “Mashíaj” o “Mesías” fue detentada por una fe que surgió de la nuestra, y luego decidieron matarnos y perseguirnos para convencernos que nos unamos a ellos. Por lo tanto la palabra perdió su significado, por un lado, y logró un significado negativo por el otro. Por lo tanto no piense en la palabra. Piense en lo que usted cree, lo que usted sabe profundamente que es la verdad. (www.es.chabad.org)

ESTUDIO Y COMPRENSIÓN SIN EGO
En nuestra parashá, la Torá nos cuenta sobre la muerte de dos hijos de Aarón, Nadav y Avihú: “Y salió un fuego de Di-s, los consumió, y murieron”. ¿Cuál fue su pecado? Rashi (1040 – 1105) – el padre de los comentaristas de la Torá – trae dos opiniones: “Rabí Eliézer dice: los hijos de Aarón murieron por haber dictado leyes frente a su maestro Moshe. Rabí Ishmael dice: entraron al Templo borrachos de vino”.
El nivel espiritual de Nadav y Avihú era muy elevado. La Torá misma los alaba en las palabras de Moshe a Aarón: “Esto es lo que dijo Di-s, en aquellos cerca de mí Me santificaré” (que se refiere a Nadav y Avihú, que estaban “cerca de Di-s”). Moshe aún le dijo a Aarón que ahora, luego de la muerte de Nadav y Avihú se reveló que “ellos son más grandes que tú y yo”. Sin embargo, murieron porque les faltaba el comportamiento adecuado para tan alto nivel.
¿Cómo vemos este concepto en las palabras de Rashi?
Rabí Eliézer nos enseña cuán elevada debe ser la anulación que una persona debe tener frente a su maestro. Uno podría pensar: yo soy un sabio y conocedor de la Torá, ¿cómo voy a esperar a mi maestro hasta que me diga la halajá – ley de la Torá? Lo mismo se aplica al servicio a Di-s: ¿por qué voy a esperar las enseñanzas del rabino al respecto del camino de servicio a Di-s si yo puedo guiarme a mí mismo?
A esto respondemos: ¿quiénes más elevados que Nadav y Avihú?, y sin embargo se les consideró pecado capital haber “dictado leyes frente a su maestro Moshe”, hasta el punto que no solo ellos mismos fueron afectado por su falta, sino que el resto del pueblo también sufrió al haberse retirado la Presencia Divina del Santuario.
De aquí vemos que un judío debe estar totalmente anulado a su maestro. Por otro lado, se requiere del judío que estudie Torá y la entienda con su intelecto, hasta el punto de estar “lleno” de entendimiento de Torá. En otras palabras, se requiere del judío que esté “borracho”, lleno del “vino de la Torá”.
Aquí viene Rabí Ishmael y enfatiza que, efectivamente, hay que “beber vino”, estudiar Torá con entendimiento y comprensión, pero “lleno de vino” no se ingresa al Templo. Cuando una persona está frente a su Creador, tanto en el Templo literalmente hablando como en el servicio de la tefilá – el rezo, que es como estar en el Templo, uno debe estar en un estado de anulación absoluta, como un sirviente frente a su amo.
Más aún, es la anulación total de la persona durante la tefilá la que da la fuerza para que, más tarde, cuando esté estudiando Torá, pueda llegar a la comprensión correcta de los conceptos estudiados.
¿Cómo se pueden combinar estos dos opuestos – por un lado la anulación total y por el otro entender, que es la expresión más profunda del ser? Esta fuerza surge de Di-s. Dado que los judíos son “una porción de Di-s en lo alto realmente”, Di-s les da la capacidad de unir estos dos opuestos. Más aún, el objetivo general de toda la Creación es unir el mundo físico con la santidad Divina que trasciende al mundo, como será revelado con la pronta venida del Mashíaj. (www.es.chabad.org)

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