“E irás donde el sacerdote y el leví, y el juez, que encontrarás en aquellos días”. Pregunta la guemará (Rosh HaShaná 25b): “¿Acaso alguien llegaría a considerar en ir a consultar a un juez que no se encuentre en sus días? Debemos concluir que el pasuk quiere enseñarnos, que los únicos jueces y rabinos que son apropiados para nosotros, y en particular para nuestras circunstancias, son los que tenemos en la actualidad”.
Agrega Rabí Jayim Shmulevitz ZT”L: “La persona no deberá considerar esta alternativa como de última instancia, pensando que es imposible consultar a los rabinos de antaño simplemente porque ya no se encuentran entre nosotros. Debemos saber que los rabinos y sabios que se hallan en nuestra generación, son precisamente los que necesitamos, y que líderes espirituales de otras épocas no podrían ayudarnos en las pruebas que debemos enfrentar en el presente”
Los alumnos de Rabí Eliëzer compararon a su maestro a tres elementos: a una gota de lluvia, al disco solar, y al padre y la madre.
Rabí Tarfón lo comparó a una gota de lluvia, ya que, así como la semilla escondida dentro de la tierra, recibe su fuerza para germinar de la lluvia, de la misma manera en el hombre, el alma que porta dentro de sí, con todas sus cualidades y virtudes, no tiene capacidad de florecer por sí misma, por eso precisa recibir influencia de su maestro y, eventualmente, esa fuerza lo hará crecer y elevarse espiritualmente.
Rabí Yehoshúa lo comparó al disco solar; pues el sol no solamente hace crecer las semillas de la tierra, sino, además, gracias a su luz la persona consigue sobrepasar todo tipo de tropiezos a lo largo de su camino.
Rabí Eliëzer ben Äzariá lo comparó con el padre y la madre. Así como, por medio de ellos el bebé puede sobrevivir, pues los padres se entregan en cuerpo y alma a su cuidado, de la misma manera el rab. Como está escrito sobre Moshé Rabenu: “Ya que él – Moshé – toleró al pueblo, como tolera la madre a su crío”
Concluye Rabí Jayím: “Así como es claro a los ojos de toda persona, que la lluvia, el sol, y el padre y la madre son fundamentales para la existencia del mundo, de la misma manera es preciso entender que el rab es fundamental para nuestra vida en este mundo y en el mundo por venir. Por esa razón la figura rabínica es imprescindible para Israel”.
Nuestra responsabilidad como padres y educadores, es la de enseñar e inculcar el gran valor de escuchar a nuestros rabinos e, inclusive, apegarnos a uno en particular, de tal manera que sea él quién guíe nuestros pasos en cada instancia de la vida y, sobre todo, en épocas difíciles donde impere la oscuridad y la duda.
Este es el elemento central para que el gran aparato milenario del judaísmo continúe en marcha, y prevalezca hasta el fin de los tiempos.
Shabat Shalom
Yair Ben Yehuda