Tazriä-Metzorä: Peor y más…blanco

Las famosas – y no tan comprendidas – leyes del metzorä aparecen en nuestra perashá.

Cabe recalcar que esta enfermedad ya no se ve en nuestros días (no es la lepra), pues era una dolencia que aparecía en la piel en forma de llagas. A veces estas eran de color rosado, otras de color blanco. En muchas ocasiones tornaban el vello de un tono claro, y podían llegar a ser profundas o extendidas sobre un gran sector de la piel, etc.

El factor común de todas ellas, era que tenían un origen espiritual, y respondían a un determinado comportamiento irregular de la persona; ya sea en su relación con el Creador del mundo, o en sus relaciones interpersonales. En otras palabras, esta enfermedad era un simple reflejo de la profunda situación espiritual  de la persona. Y, justamente, como lo indica su nombre, así dicen nuestros sabios: Metzo, Motzí (saca), (maldad). Es decir, sacaba la maldad de la persona a la vista de todos.


La Toráh dice: “Y si llegare a extenderse la llaga impura por la piel, después de mostrarla al cohén para purificarla, y se la mostrará por segunda vez al cohén. Y la observará el cohén, y he aquí que se extendió la llaga en la piel, y lo determinará impuro el cohén, es tzaraät” (13,7-8)

Explica el “Kelí Yakar”, ZT”L: “Este fenómeno demuestra que no había fuerza en la naturaleza de la persona para desplazar ningún tipo de inmundicia, ya que era demasiada. Asimismo es una clara señal de que no ha podido purificarse de sus pecados – pues todavía se encontraba en él la impureza. Y si la llaga no se extendió, era prueba contundente que la persona consiguió rechazar toda pudrición y desperdicio. Clara señal que determinó en su corazón retornar al buen camino.

Si el tzaraät logró cubrir todo el cuerpo, de pies a cabeza, la naturaleza de la persona consiguió sacar fuera a toda la enfermedad, entonces sin lugar a dudas se curará, por ese motivo estaba puro.

En este mismo orden de ideas, si él mismo se veía totalmente cubierto de llagas impuras de punta a punta, ciertamente retornará profunda y sinceramente al buen camino. Solamente si en él se encontraba una llaga “viva”, color carne, era una gran prueba que no se arrepintió de forma real y verdadera.

Nuestros sabios aprendieron de esto, que el meshiaj vendrá únicamente cuando todo gobierno se vuelva hereje. Como está escrito: “Si todo él se cambia (o voltea) a blanco – por el tzaraät, entonces es puro”.

Una insinuación de ello lo encontramos en la frase misma: Si todo él se cambia a Blanco (Labán), y cuando volteamos literalmente la palabra, encontramos el vocablo Nabal – que significa indecente. Es decir, cuando todo el mundo se vuelva en contra de su Creador (Di´s no lo permita), entonces forzosamente Di´s purificará a toda la tierra de la idolatría. Y así como cuando las llagas cubren todo el cuerpo de la persona y se tornan blancas, sin lugar a dudas el transgresor tomará conciencia y retornará al buen camino.

De la misma manera Israel, al ver que todos los gobiernos se vuelven hacia la herejía, y no existe temor de los cielos en ningún lugar del mundo, con seguridad tomarán conciencia y regresarán en absoluto arrepentimiento a Di´s… entonces se purificarán”.

En nuestra conciencia nacional está presente la idea de no transitar por el mundo de manera indiferente.

El hebreo siempre tiene que saber con precisión lo que está pasando, y por medio de esa información planear su futuro a mediano y largo plazo. Siempre con el claro pensamiento que, pase lo que pase, el futuro debe pintarse mucho mejor.

De una u otra manera llegaremos a nuestro objetivo final. Haciéndonos una profunda introspección, y preparándonos espiritualmente para un cambio interno.

Es posible deshacernos de nuestros malos aspectos personales por medio de un constante control de nuestras acciones. O cuando la situación se ha desbordado, y lo único que queda es revisarlo todo desde su comienzo, a través de un nuevo renacer, justo como la hacía quien que encontraba afectado por el tzaraät de pies a cabeza.

Shabat Shalom

Yair Ben Yehuda

 

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