VaIgash: Superando la Diáspora

“Y dijo Israel: Es Mucho (el regocijo), aún mi hijo Yosef  vive, iré a verlo antes de que fallezca. Y viajó Israel con todo lo que tenía, y llegó a Beer Sheva, y ofrendó sacrificios  al Di´s de su padre Itzjak. Y habló Di´s a Israel en una visión nocturna, y le dijo: Yaäcov, Yaäcov, y le dijo: Heme aquí.  Y Dijo: Yo Soy el Todopoderoso, Di´s de tu padre, no temas de descender a Egipto, pues en una vasta nación te convertiré ahí. Yo bajaré contigo a Egipto, y Yo ciertamente te haré subir, y Yosef colocará su mano sobre tus ojos (al fallecer). Y partió Yaäcov de Beer Sheva, y cargaron los hijos de Israel a Yaäcov su padre, y a sus hijos y a sus mujeres sobre carrozas que Paröh mandó para llevarlo”. (Bereshit 46, 1-5)

A partir de esta instancia en la historia, entra el concepto “Diáspora” en la cultura de los patriarcas. Hasta esa fecha se consideraba la posibilidad de salir del terruño solamente con miras a cumplir una misión específica; buscar sustento, o por motivos matrimoniales. Pero ahora la idea era otra, totalmente diferente y de dimensiones que ni siquiera Yaäcov imaginaba.

Generalmente “ir a Egipto” era considerado como un último recurso. Abraham tuvo que bajar ahí por falta de comida, Itzjak pretendió hacer lo mismo pero Di´s lo detuvo. Los hijos de Yaäcov, por el apremio de la falta de manutención bajan a ese lugar ¿Por qué? ¿Qué tenía de malo?


En Egipto era muy difícil – casi imposible – reconocer a Di´s. La prueba está en que, cuando Moshé se presenta por primera vez ante Paröh y le pide liberar a Israel en nombre de Di´s, éste le dice que no lo conoce, que nunca oyó hablar de Él. Así era Egipto, no se veía ni se percibía a Di´s por ningún lugar.

En primer lugar Yaäcov – con el nombre Israel – pensaba que únicamente iría a Egipto a ver a su hijo antes de morir, por ello se sentía fuerte y optimista (Israel señala una actitud elevada y dinámica de Yaäcov). De hecho con sus propias fuerzas viajó a Beer Sheva, llevando consigo todo lo que tenía. Ofrendó a Di´s un sacrificio especial en nombre de su padre Itzjak, después de veintidós años de penurias que sufrió por la ausencia de Yosef.  Pues su padre también atravesó un gran sacrificio, el de haber sido atado para degollar, y al lugar que viajó después fue Beer Sheva. Mas, al enterarse que su viaje sería con la intención de residir un largo tiempo ahí, solamente la promesa de Di´s de que ahí se convertirá en una gran nación, y que Él lo acompañara a la ida y al regreso, lo logran tranquilizar.

Al enterarse que deberá descender a Egipto, su nombre vuelve a ser Yaäcov; bajo perfil, cuidando de actuar con cautela en un país extraño y frontalmente opuesto a los valores judíos.

Es curioso que a partir de este momento, sus hijos lo deban llevar a cuestas.

¿Acaso en tan poco tiempo Yaäcov perdió la fuerza que tenía antes de entrar a Beer Sheva?

No, de ninguna manera.

Yaäcov se preocupó que sus hijos, los que debían formar la primera y más grande comunidad en la diáspora, tuvieran la herramienta principal, el arma secreta, que les diera la fuerza suficiente para mantenerse en Egipto, para que después, eventualmente, lograran salir de ahí: Honrar a los padres.

Si la nación hebrea cuida este valor de forma cabal, todo tiene continuidad. Las tradiciones encontraran terreno fértil para desarrollarse y mantenerse vivas a través de las generaciones. El respeto al padre y a la madre, es el caldo de cultivo para que el temor a Di´s encuentre sitio en el corazón de los pequeños. Es la base fundamental para reconocer los favores que otros nos hagan y, ultimadamente, nos conducirá a reconocer y a agradecer al Todopoderoso por todo lo que nos da.

En fin, si entre nosotros existe este elemento podemos decir sin margen de error que lo tenemos todo, pero si no, entones nada nos ha quedado en las manos.

La cadena de transmisión de nuestros valores es fuerte en la medida que logremos consolidar este valor humano, internalizándolo en el corazón de la generación de relevo.

El respeto a los padres es la clave para mantenernos juntos en la diáspora, y a su vez permanecer unidos al Creador del universo.

Shabat Shalom

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