VaIshlaj: Lo Material

“Yaacov – al cruzar el río Yabok regresó y – quedó solo…” Rashí: Olvidó unas pequeñas vasijas, y volvió por ellas.
Comenta Rabí Yerujam de Mir, ZT”L.

“Vemos que, independientemente de la mitzváh de evitar el desperdicio, existe un énfasis en preservar nuestros objetos de daño o perdida.

No es ésta una actitud frívola, sino una atención intrínseca y natural para con Aquel que se ha preocupado en satisfacer todas nuestras necesidades. No como ese filósofo del que cuentan que quiso vivir en plena austeridad, apenas con lo mínimo, dejando para sí únicamente un pequeño recipiente para beber agua.


Un día vio individuos que se acercaron también a beber, inclinándose en el borde del pozo, sin utilizar instrumento alguno. Inmediatamente recapacitó, arrojó su recipiente, su última posesión, y se marchó.

Esta visión es radicalmente contraria al pensamiento judío”.

No solamente por ser necesarios para nuestro óptimo desempeño tenemos la obligación de cuidar nuestras posesiones sino, además, por ser obsequios que Di´s nos ha concedido. Y aún si los consideráremos como simples objetos de confort, su valor es incalculable, ya que demuestran que El Creador del mundo se preocupa por satisfacernos en cada detalle.

“Nada es para siempre” ¿Conocido? Sin embargo, eso se refiere solamente a aquellos efectos que ocupan espacio físico-temporal, todo lo demás sí puede ser para siempre.

No obstante, hay formas para hacer que todo objeto sea posible ubicar en un plano mucho más elevado y es; al darles un sentido espiritual.

A veces el simple hecho de tener la intención de disfrutarlos, y recargar fuerzas para dedicarnos a nuestros deberes espirituales, es suficiente razón para llevarlos a ese objetivo.

Esta meta se alcanza inclusive a través de su pérdida material, pues por medio de ello tenemos la oportunidad de adquirir cualidades de infinito valor como: paciencia, autocontrol, felicidad bajo cualquier circunstancia, reflexión, etc., y es precisamente en ese momento, cuando nos hacemos poseedores definitivos de esos objetos, haciéndolos eternos, llevándolos a un plano donde nadie los puede tocar, asimilando su esencia espiritual para siempre Yaacov Abinu nos enseñó a valorar lo que tenemos, pues cada elemento nos puede hacer trascender en este mundo, y adquirir nuestra parte en el mundo por venir.

Shabat Shalom

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