VaIshlaj: ¡Todo!

De los sucesos más destacados mencionados en nuestra perashá, figura el reencuentro de Yaäcov y Ësav. En este reducido momento de la historia, se dejan ver profundos secretos de la vida de sus dos futuros protagonistas.

“Y le dijo (Ësav a Yaäcov): ¿Qué es para ti todo este campamento que encontré? Y le dijo: Para encontrar gracia en los ojos de mi amo. Y dijo Ësav: Tengo mucho hermano mío, que sea para ti lo tuyo. Y dijo Yaäcov: Por favor, si encontré gracia en tus ojos, y tomarás mi presente de mis manos…Toma por favor mi ofrenda que te fue entregada, ya que me ha agraciado Di´s, pues lo tengo todo. Y le insistió mucho, y la tomó.” (33, 8-11)

Yaäcov declara que no necesita nada, pues lo tiene todo.


¿Sobre qué tipo de bienes manifiesta Yaäcov que lo tiene todo?

Vemos que, si bien en lo referente a animales, esclavos, y demás posesiones valiosas, era por demás multimillonario. Sin embargo, aún no se había asentado en un territorio propio, entonces ¿De qué le servían todos los bienes materiales, si aún no podía desarrollar su potencial en un patrimonio?

El “Or HaJayim HaKadosh”, da la siguiente explicación:

“Otra idea interesante es posible encontrar en la palabra “Kol (todo), pues ella hace referencia a un nivel de santificación llamado “Kol”. Y cuando la persona logra alcanzarlo, las faltas materiales no le afectan, pues ellas se completan a sí mismas. Como fue mencionado en las bendiciones otorgadas al pueblo de Israel, a través de Abraham: “Te bendeciré y multiplicaré tu simiente como las estrellas de los cielos, y la arena a orillas del mar…” Pues en la arena, cada hueco que se abre, inmediatamente es llenado por su mismo material.

Y nuestros padres tuvieron el mérito de ser bendecidos por medio de ella. Abraham “con todo”, Itzjak “de todo”, y Yaäcov “todo”.

De esta manera se puede entender lo que Yaäcov le responde a Ësav: “Toma mis ofrendas, pues Di´s me ha concedido lo que poseo, y lo tengo todo”. Es decir: Lo faltante es completado por sí mismo.”

Es preciso entender a qué se refiere el Or HaJayím al clarificar  el  concepto  de  “todo”,  por  medio  de “ser llenado por sí mismo”. Si se refiere a una retroalimentación material, no se demuestra del texto de la Toráh que Yaäcov la haya experimentado. Además, se entiende que este nivel hace referencia a una actitud, más que a una realidad.

Es posible entenderlo de la siguiente manera.

Yaäcov había llegado a un nivel de consciencia, en lo referente a los recursos materiales, que le daba lo mismo tener más o menos e, inclusive, no tener nada. Pues las posesiones materiales no son más que medios para consumar la voluntad de Di´s.

De esta manera, la visión de vida de Yaäcov se resumía en: “La misma falta de recursos, es la completitud de ellos, pues de esa manera específica Di´s desea que me acerque a Él”.

Ësav tenía una filosofía distinta.

Para él el tema material cobraba mucho terreno. Él tenía que palpar grandes cantidades materiales, para sentirse satisfecho; “Poseo mucho” – le dijo a su hermano – entonces, estoy satisfecho. En cambio Yaäcov le demuestra que el estado anímico no depende de la cantidad de bienes, sino de una consciencia y una actitud positiva frente a ellos. Pues los recursos materiales nos dan la posibilidad de acercarnos al Creador del universo, sean muchos o pocos.

Esta enseñanza nos abre los ojos para entender mejor la realidad en que vivimos. Vemos que la influencia de quienes están sobre los recursos naturales y tecnológicos – las “manos de Ësav” – intentan por todos los medios hacernos adoptar la sensación que algo nos falta. Si no tenemos el último grito de la tecnología, o el carro último modelo, entonces somos “pobres”. Cuando, en realidad, es posible descubrir que no nos hace falta nada y que, inclusive, podemos dar a los demás; amistad, comprensión y, sobre todo, un oído atento. Elementos verdaderamente escasos en nuestros días.

Los yehudím estamos dispuestos a pagar por un “limón” en Sucot, lo que pagaría una persona normal por una computadora, pues entendemos que el valor de las cosas es espiritual, no más que medios para estrechar más y más nuestro eterno vínculo con El Creador del universo.

Shabat Shalom

Yair Ben Yehuda

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