La haftará para Vaiejí menciona la muerte del Rey David tras dar instrucciones finales a Salomón. La parte de la Torá en sí misma comienza diciéndonos que Jacob murió a la edad de 147. Hoy en día nadie vive hasta los 147 años como Jacob.
El ser humano más viejo en el pasado reciente cuya edad pudo ser verificada fue Jeanne Calment de Francia, que murió a los 122 años de edad. Parece que nuestro límite es aproximadamente los 120 años. ¿La naturaleza impone este límite o es científicamente posible ir más allá de nuestras esperanzas de vida actuales?
Es verdad que la entropía prevalecerá eventualmente, pero ¿es posible al menos posponer lo inevitable? ¿Vivir merece la pena este esfuerzo? Para mucha gente, vivir de forma más saludable y vivir más tiempo tiene atractivo, mientras que otros parecen más contentos con pasar la antorcha de la vida una vez que sus nietos se hayan graduado en la universidad. Créanme, para cuando pasemos los 110 años, nadie nos forzará a vivir hasta los 120 si realmente no queremos.
En serio, ¿y si pudiéramos posponer la fragilidad, los huesos quebradizos y la artritis? ¿Y si pudiéramos eliminar las enfermedades relacionadas con la edad como la demencia, la diabetes y las apoplejías, y después, en algún punto tras los 100 o 120 años de edad, morir relativamente rápido sin pasar meses o años en una residencia? ¿Es demasiado bueno para ser cierto?
Hay decenas de miles de personas centenarias en Estados Unidos, y el número de estos se dobla aproximadamente cada diez años. Si estas tendencias continúan, habrá más de un millón y medio de norteamericanos con más de 100 años en tan solo unas décadas.
Y no esperen que todos sean decrépitos. El científico israelí Nir Barzilai de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, estudió más de 500 judíos asquenazíes con edades comprendidas entre 95 y 112 años. El cincuenta por ciento de ellos eran obesos. El sesenta por ciento de los hombres y el treinta por ciento de las mujeres fumaban. A pesar de los estilos de vida no saludables, Barzilai descubrió que los centenarios vivían más tiempo porque tenían varias mutaciones genéticas que les protegían de enfermedades crónicas fatales. En serio.
La naturaleza ya está logrando la ampliación de la vida sin nuestra ayuda. Los loros viven a menudo más tiempo que los humanos. Las tortugas galápagos pueden vivir hasta dos siglos. Los científicos han visto a gaviotas y petreles aparearse y anidar durante medio siglo, década tras década, mientras los investigadores envejecían y morían. ¿Cuál es el secreto de la longevidad de estas especies?
Admito que hay algunas cosas que son imposibles. Por ejemplo, si salto por la ventana de un edificio de 100 plantas y golpeo el cemento con la cabeza en primer lugar sin ningún equipamiento especial ni protección, moriré. También es imposible bajo circunstancias normales que mi cuerpo sea privado de oxígeno durante un periodo largo de tiempo y permanezca vivo.
Sin embargo, hay muchas cosas que ahora podemos hacer y que los antiguos pensaban que era imposible. De forma rutinaria volamos en aviones que pueden llevar a toda la población de pueblos pequeños por encima de sistemas tormentosos y depositarlos con toda la seguridad en el otro lado del océano. Mediante algo tan sencillo como el e-mail, puedo comunicarme con amigos de todo el mundo casi instantánea y simultáneamente.
Hay miles de cosas que ahora hacemos de forma rutinaria para tener bajo nuestro control, al menos temporalmente, a partes de la naturaleza. Parecía contra natura que los humanos caminaran sobre la faz de la luna, pero lo hicimos, ¿verdad? Muchos consideraban contra la naturaleza el uso de aspirinas o la anestesia porque sufrir era natural. ¿No es cierto? Denme un respiro.
Muchas de las dificultades que la naturaleza nos pone enfrente no son leyes inviolables, sino desafíos que debemos superar. El conocimiento es poder y la raza humana está ganando cada vez más cada día que pasa.
La raza humana se compone básicamente de tres tipos de personas: los “puedo hacerlo”, los “no puedo hacerlo” y aquellos que esperan para ver cuál de los dos grupos “hace más ruido” antes de elegir el bando.
La extensión de la vida humana será un proceso muy complejo o resultará ser sorprendentemente sencillo. Podríamos esperar décadas antes de que una diferencia mensurable o un progreso tremendo surja de un descubrimiento inesperado el año que viene.
El desafío es diseñar medicamentos que puedan interferir con los mismos caminos que aquellos que se han comprobado que están bloqueados de forma natural en los “superancianos” asquenazíes de Nir Barzilai. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento ha identificado al menos cinco compuestos que ralentizan el proceso del envejecimiento en ratones. ¿Qué tipo de resultados tendrán que lograrse en los ensayos clínicos con humanos antes de que las empresas farmacéuticas, las compañías biotecnológicas y los inversores realicen las inversiones necesarias?
Un estudio británico con 78 000 diabéticos sexagenarios de tipo 2, muchos de los cuales eran obesos y no hacían ejercicio, les proporcionó el medicamento Metformin y vivieron más tiempo que un grupo de personas saludables de la misma edad. La vida de la levadura, gusanos y ratones se ha extendido en estudios americanos, pero los inversionistas de EE. UU. rechazaron en su mayoría involucrarse hasta que la FDA estuviera dispuesta a aprobar los ensayos clínicos.
Ahora, Barzilai y sus compañeros están en la fase de planificación y trabajan de cerca con la FDA. El primer estudio doble ciego costará unos 64 millones de dólares, involucrará a 3000 ancianos y durará 5-6 años.
Sean los que sean los resultados preliminares de los primeros ensayos con seres humanos de Barzilai, vendrán más estudios. Aunque el coste inicial de los medicamentos es alto, Barzilai prevé que el coste bajará en cinco años cuando haya medicamentos genéricos. Los primeros medicamentos serán seguidos por algunos aún mejores en el futuro.
Nunca sabremos qué es posible hasta que lo intentemos. Vamos al punto que divide lo posible de lo imposible y entonces lo sabremos. Las tortugas galápagos, algunos pájaros, gusanos y ratones ya demuestran que la extensión de la vida de alguna forma es posible en principio.
Está escrito que Moisés murió a los 120 años de edad sin que su vista se le hubiera nublado y sin haber perdido su fuerza natural. En lugar de preguntar si nuestras condiciones de vida y nuestro estilo de vida llevan matándonos prematuramente varios miles de años, muchos tan solo dicen que “¡Moisés tenía un cuerpo asombroso!”.
En lugar de ver dicha longevidad como la excepción, quizá podríamos verla como una meta. Una esperanza de vida media de 120 años podría estar a nuestro alcance en unas décadas. La esperanza de vida de 147 años como la de Jacob podría ser la próxima meta. Buena suerte, Nir Barzilai, buena suerte.
Casualmente, David le dijo a Salomón que “mostrara amabilidad a los hijos de Barzillai… y que ellos coman en tu mesa”. David y Jacob están aplaudiendo sus esfuerzos. Y nosotros también.
Enlace al artículo original en inglés: http://blogs.timesofisrael.com/lets-discover-whats-possible/
—