Yaacov bendice a sus hijos momentos antes de fallecer.
A cada uno le otorga herramientas espirituales para desarrollar sus cualidades personales al máximo.
A Yosef le dice: “Ben Porat Yosef…” – “Hijo de encanto –o gracia – es Yosef, (ciertamente) hijo de encanto para el ojo; las jóvenes corrían a mirarlo por encima del muro “(Génesis 49, 22)
El Kelí Yakar explica el propósito de la bendición, de la siguiente manera.
Dice Yaacov: Yosef por sí mismo es un hijo que simboliza bendición, pues Yosef tiene su raíz en el término “Osafá” (agregado), y “Porat” significa multiplicación (de la raíz “Priá”)
¿Qué fue lo que le concedió tan elevados dones?
Dice Yaacov; por ser una persona con gracia y encanto, el “Mal de Ojo” no influenciará sobre él, como está escrito en el versículo: “…mirarlo por encima…”, o de otra manera diciendo “Está por encima de toda mirada”. Pues quien logra encontrar gracia frente a quienes lo rodean, nunca el “mal de ojo” lo conseguirá dañar.
La prueba de ello es que las jóvenes de Egipto corrían a admirarlo, y aún así nunca se vio afectado por el mal de ojo”.
Es claro que el concepto de encontrar gracia frente a los demás, no tiene nada que ver con la adulación – la cual despide hálitos de falsedad – La gracia se da cuando de manera natural logramos contagiar al prójimo de pensamientos positivos, cuando los demás buscan nuestra compañía por ser nosotros mismos campos magnéticos que atraen la bondad.
Yosef nos enseña que no hay nada más valioso para alcanzar el éxito, en todos los sentidos, como encontrar gracia frente a los que nos rodean, pues de esa manera también encontraremos gracia frente al Todopoderoso, fuente y origen de toda bondad.
Shabat Shalom