Yaäcov solicita tranquilidad y paz. Ya bastantes incidentes y percances atravesó, ahora quiere dedicarse a preparar a su familia, pues están por comenzar sus años dorados.
“Y se asentó Yaäcov en la tierra donde moraron sus padres” No hay nada como volver al terruño, y disfrutar viendo cómo la familia va desenvolviéndose de acuerdo a la tradición familiar. Yaäcov se sentía satisfecho. Desde su punto de vista, había alcanzado el objetivo.
Justo en este momento Di´s le hace ver cuán equivocado estaba, aún más, pues en estos momentos estaba por comenzar la verdadera historia de Israel.
“Diste verdad a Yaäcov”, así recordamos cada día en la tefilá Shajarit. Este concepto nos indica que las líneas de desarrollo del pueblo judío serán siempre la verdad y el reconocimiento de la justicia. No existen parámetros más sólidos que ellos.
La búsqueda de la verdad es el principio que nos ha mantenido con vida, unidos a nuestra Toráh, y a nuestras tradiciones. Esa fuerza la compara el profeta a brasas candentes, ya que ellas pueden depurar cualquier material fundiéndolo, extrayendo su esencia.
Sin embargo aún estos elementos no eran suficientes para alcanzar el propósito final de la simiente de Yaäcov, ya que él no iba a permanecer todo el tiempo bajo el resguardo espiritual de La Tierra Prometida, de alguna manera debía transmitir valores humanos y conciencia Divina al resto del mundo, labor que aún las brasas más candentes no podían hacer. Yaäcov necesitaba de Yosef para trascender y diseminar ese mensaje. Él necesitaba fuego flameante que avance y recorra caminos y atraviese barreras y cercos. Que el conocimiento de Un Solo Di´s se convierta en la ideología predominante, que la expresión: “Primero Di´s, con la ayuda de Di´s, etc.” esté en boca de todo mundo.
En realidad cabe preguntar. Si bien Yosef tenía que demostrar su cualidad personal de ser el portavoz de los valores transmitidos por los patriarcas ¿Por qué tuvo que llevarse a cabo de manera tan trágica? ¿Por qué Yosef se vio forzado a perder contacto con su padre?
Es cierto que Yaäcov debía pagar, de alguna manera, el tiempo que permaneció fuera de la casa de su padre, mas, y por encima de todo, tenía que preparar el terreno para la formación del Pueblo de Israel, cuya existencia nunca quedó sujeta a un territorio. De hecho la mayor parte de nuestra historia la hemos vivido fuera de la Tierra Ancestral.
A Yosef le encomendaron la tarea de suministrar a nuestro pueblo las cualidades espirituales para conseguir mantenerse firmes y estables, ligados – a pesar de la desconexión con la tierra ancestral – a los valores paternos, con el legado de nuestros patriarcas. Esa fue la sublime función de Yosef. Por ende se entiende también por qué sucedió de manera trágica, ya que a lo largo de nuestra historia no fuimos exiliados con honores, ni bandas musicales, ni siquiera por medio de un comité de despedida, sino violentamente, con muerte y destrucción.
Y miren que asombroso, pues Yosef nos enseña que a pesar de todos los conflictos y penas, nunca hay que apartar de nuestro vocabulario el nombre de Di´s. Siempre recordar y recordarnos, que todo tiene su origen en los cielos y que El Todopoderoso, Di´s de Abraham, Itzjak y Yaäcov, está siempre presente con nosotros.
No pensar que la reacción de Yosef fue una amable actitud frente a las contrariedades de la vida, sobre todo fuera del territorio de Israel, de ninguna manera. Él nos enseña cual debe ser nuestra actitud al confrontar a otros pueblos, de cómo transmitir la verdad que recibimos de Yaäcov al mundo entero. El pueblo judío es, y debe ser, luz para las naciones. Siendo el principal objetivo, que la humanidad, no solamente sea consciente de la existencia de Un Solo Creador, sino de cuidar que ese conocimiento sea asimilado, internalizado, y llevado a la práctica por cada habitante de la tierra. De tal manera que, cuando se encuentren con nosotros, recuerden que rige Un Soberano Absoluto sobre todo el universo.
No somos proselitistas, pero el deber de sensibilizar a la humanidad sobre las bases que sustentan al mundo, es una responsabilidad que recae sobre cada uno de nosotros ¡Ojo! Sin tratar de convencer a nadie, ni adhiriendo calcomanías en las paredes, etc. Únicamente a través de nuestro comportamiento, de nuestra manera de hablar, de tratar a los demás, de vestir, y de cómo entablar negocios, por dar algunos ejemplos.
Ese es el fuego que surge de la casa de Yaäcov, como dice el profeta: “Y será la casa de Yaäcov fuego, y el hogar de Yosef llamas y la casa de Ësav paja, y la encenderán y la consumirán”.
El profeta nos anuncia de qué manera enfrentar las pruebas de éste terrible exilio; haciendo uso del fuego de Yosef, es decir, enfrentando a la sociedad en que vivimos, evitar ser influenciados por ella y, al contrario, buscar siempre influenciarla para bien.
Shabat Shalom
Yair Ben Yehuda