El cerebro del hermano de Rafael Pérez Gay

Por:
- - Visto 1969 veces

Cuando Albert Camus siendo un hombre adulto reflexiona frente a la tumba de su padre, que el joven ahí sepultado desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial podría ser su hijo, el lector de El primer hombre se entera que ha quedado atrapado entre las líneas de una novela fundamental; perplejo ante una ironía existencial desgarradora.

En El cerebro de mi hermano (Seix Barral, 2013), el libro más reciente de Rafael Pérez Gay, encomiado sin ambages por Salvador de Lara en la FIL de Guadalajara, el autor entrega un “informe” intimista sobre el deterioro progresivo, irreversible y devastador de las destrezas cognitivas de su hermano mayor; es decir, del fin de su personalidad.

Aquel personaje intelectualmente brillante, ahora le enseñará al final de sus días una de las formas más crueles de desintegración del ser. Juntos, después de años de distanciamiento ideológico-político, los hermanos Pérez Gay se reencuentran para aprender cómo puede sumarse más de una muerte durante un misma vida.


Somos nuestra memoria. Si no recuerdas, dejas de ser alguien para convertirte en nadie. Pepe no recordaba: así murió la primera vez, caminando a ciegas, sin saber quién era.

Igual que Camus, Rafael – ante el gradual despeñe demencial que le toca acompañar – tendrá que esforzarse por lograr algún equilibrio entre la narrativa confesional y el rigor de la “razón pura”, para poder entender, asimilar y sublimar el desamparo emocional que le impone semejante condena del alma.

Me tomó años entender que la muerte es un hecho cruel que define la vida: sin la conciencia de ese acto sin retorno, nadie comprenderá la índole misma de la existencia; si no admitimos que los días felices están contados, no hay lugar para el placer y la diversidad de cosas magníficas que hay en el camino a la tumba.

Encaminados por un ágil relato, salpicado de informes médicos inapelables y reveladoras anécdotas sobre el mundillo de la cultura y la política en el México de ayer y hoy, los lectores nos enteramos que José María Pérez Gay, catorce años más grande que Rafael – y que en otras épocas bien hubiera podido ser su padre biológico en vez de su hermano mayor -, destrona tempranamente al Rey de Tebas para convertirse en una figura mítica familiar desde su autoexilio académico, geográfico e intelectual en Alemania. Su madre le escribe a diario cartas amorosas con cuidadosa caligrafía a lo largo de quince años de ausencia; mientras el padre – un tarambana, como lo describe el propio autor – se debate entre el amor ardiente y violento hacia su primogénito y un mordaz sentimiento de culpabilidad.

_Pepe no regresa. Ya hizo su vida allá lejos.

Después de aquella frase me convertí en el compañero de mi madre.

La novela compacta, en menos 150 páginas, el drama personal y familiar de quienes, como tanto otros, tienen que enfrentar una enfermedad neuro-psiquiátrica degenerativa. Las demencias cada día son más comunes en un mundo cuya población promedio envejece a pasos acelerados.

El autor nos cuenta algo de su experiencia cuando no hace mucho fue diagnosticado con cáncer de vejiga y “la muerte lo miró a los ojos”. A partir de entonces, ya nada fue igual sabiendo que él podía convertirse en otro fantasma.

Sé que todos tenemos vocación de fantasmas. Mientras desordenaba un librero que quise poner en orden, encontré esta línea de Montaigne: “El presente no existe, lo que así llamamos no es otra cosa que el punto de unión del futuro y el pasado”.

Otto Binswanger describió a finales del siglo XIX, por primera vez, una blanquecina rarefacción del tejido cerebral en pacientes psiquiátricos que paulatina e inexorablemente perdían facultades mentales. A la fecha nadie conoce el por qué de esta enfermedad. Tampoco hay forma de prevenirla, curarla o de saber cuáles son los números marcados de la ruleta del infortunio.

A los médicos, por el momento, sólo nos queda comunicar a las víctimas con el mayor cuidado narrativo posible – como bien escribe Rafael Pérez Gay –, el poderoso filtro del puente que existe entre el futuro y el pasado.

Acerca de Moisés Rozanes

Formación Académica:Medico-Cirujano (UNAM)Especialista En Psiquiatria (UNAM)Maestro En Medicina Social (Universidad Autonoma Metropolitana)Diplomado En Derechos Humanos (Universidad De Colima)Actividad Profesional Actual:Responsable Del Programa De Salud Mental Del Consejo De Salud Del Estado De Colima (Ssa)Psiquiatra De La Clinica Hospital Miguel Trejo Ochoa Issste, Colima, Col.Miembro Del Comité Editorial Nacional De La Revista Salud Mental

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: