En el mundo, lo que debería ser blanco es negro y lo que debería ser negro es blanco. Todo parece estar al revés. En un momento en el que como sociedad deberíamos ser más maduros, conscientes y empáticos, nos hemos dejado influenciar por intereses negativos, y estamos presenciando cosas que nunca habríamos imaginado.
En estos tiempos turbulentos, donde los péndulos oscilan y los extremos dominan, vivimos cada día con menos certezas, más inseguridades, más política y menos sentido de comunidad.
Nunca imaginé que llegaría a un punto en mi vida donde las preguntas superan con creces a las respuestas. Esta semana hablé con alguien a quien quiero mucho y, al compartir la presión que hoy domina mis pensamientos, recibí un consejo sabio: hay momentos en los que es mejor no actuar; debemos esperar a que las aguas se calmen y entender cómo se resolverán las cosas antes de tomar decisiones.
Siempre he sido una persona de acción, incapaz de quedarme mirando cómo pasan las cosas. Hoy creo que tendré que actuar de manera diferente. La frase sabia que dice “en tiempos de crisis, no se toman decisiones” vuelve a resonar, y tiene total sentido.
Espero que mi limitada sabiduría continúe guiándome hacia las respuestas y me ayude a comprender que momentos como este son inevitables. Debemos aprender de ellos y, con fe y prudencia, atravesar este momento que la vida nos presenta, recordando que la calma y la paciencia deberían ser los protagonistas de nuestra realidad.
Siempre habrá preguntas, así que démonos el tiempo necesario para encontrar las respuestas.
Artículos Relacionados: