¿Por qué si me divierto tanto, aun no soy feliz?

Rodrigo un muchacho joven y sano terminó en la sala de emergencia en el hospital después de haber pasado todo el día en compañía de sus amigos. ¿Qué fue lo que le sucedió a este joven? Él, ni estaba enfermo, ni es un muchacho problemático. Rodrigo y sus amigos salieron a comer a un restaurante después de haber estado paseando por el centro comercial toda la tarde, pero para ellos esto no era suficientemente divertido. Afortunadamente en la noche tenían una gran fiesta, donde estaban invitados todos los jóvenes más populares del grupo, en un lugar muy exclusivo con la mejor música del lugar. Sin embargo, para Rodrigo esto no fue suficiente. Al sentirse un poco aburrido, buscó algo más para entretenerse. Decidió tomar un poco de alcohol y lo mezcló con las bebidas que estimulan la energía.

Impulsos que queman

Cuando nos enojamos paramos de pensar con la razón, nos dejamos invadir por nuestros impulsos y caemos en tentaciones peligrosas, sin poder escuchar con sensatez a nuestro alrededor. El orgullo y la ansiedad por quererle demostrar al mundo que uno “sí puede” llevan a la desesperación y a la locura.

Se pudrió la relación, viene el divorcio

Marina estaba sentada frente al juez, finalizando los últimos detalles para firmar su divorcio. Los abogados discutían entre si las custodias, las vacaciones, etc. Marina no escuchaba, pareciera que por un instante se había transportado a un viaje a través del tiempo regresando 20 años atrás, justo al día de su boda. Recordó como se vistió con tanta ilusión, casi podía volver a sentir el vestido blanco sobre su cuerpo, le volvieron a su memoria imágenes de las múltiples pruebas con la costurera. Por un instante se vio a si misma como lucía el día de su boda, ¡Tantas ilusiones y sueños!