El dramático testimonio de la ex-Asesora Financiera de Stanford ante la Comisión de Bancos del Senado Americano

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Presentamos la sinopsis de las declaraciones de la ex – ejecutivo de Stanford Company Group, Leyla Wydler, ofrecidas a la Comisión Bancaria del Senado de los Estados Unidos de América, que tuvo lugar en Baton Rouge, Lousiana, el día lunes 17 de agosto, como reportara The Independent:

INTRODUCCIÓN

  • Mi nombre es Leyla M Wydler. Actualmente soy Asesor Financiero, y he estado en la industria de valores por más de 15 años.
  • El propósito de mi testimonio es aclarar este caso desde la perspectiva de un ex empleado de Stanford Company Group, quien presentó una denuncia a los reguladores en el año 2003 alegando la existencia de un fraude piramidal en Stanford International Bank (SIB) a través de la venta de Certificados de Depósito.

EMPLEO EN STANFORD


  • En Stanford Company Group, los asesores financieros que vendían CD’s eran elogiados y compensados, y los que no los vendían eran despedidos. Yo fui una de ellos. Hoy estoy aquí para informarles cómo esto me ocurrió y lo que fue mi experiencia como “denunciante”.
  • El 1 de noviembre del 2000 fuí contratada por la empresa Stanford Company Group como Asesor Financiero y Vice-Presidente, para llevar mi clientela a la empresa. En ese momento, Stanford Company Group era una casa de bolsa registrada y miembro de la NASD (ahora FINRA), cuyas transacciones se liquidaban y custodiaban a través de Bear Stearns Corp.
  • Se me ofreció un bono de contratación o enganche, cuya obligación de pago terminaba en un plazo de 5 años, que acepté con un claro convenio de que mis clientes activos siempre mantendrían sus activos bajo la custodia de Bear Stearns. El Sr. Jim Lane, gerente de la sucursal en que trabajaba, entendió claramente mi preocupación y aceptó el hecho de que yo no quisiera colocar el dinero de mis clientes en el banco filial y off-shore SIB.
  • Alrededor de 6 meses luego del inicio de mi relación laboral, el Sr. Lane fue inesperadamente despedido. El Sr. Jay Comeaux asumió como nuevo gerente de la sucursal.

LA PRESIÓN PARA VENDER CD’S

  • Los Asesores financieros que vendían CD’s eran alabados y premiados y descuidaban la venta de otras inversiones, práctica que me pareció engañosa e inadecuada. Eramos constantemente bombardeados con mensajes de correo electrónico para conseguir mayores colocaciones para el banco. Equipos de diferentes oficinas de todos los EE.UU. se formaron para competir el uno con el otro en la venta de los CD’s, y los ganadores fueron incentivados y elogiados. El equipo de la oficina de Houston, Texas, se llamaba “Tequila Twisters” y nuestro objetivo era aumentar los depósitos del banco a razón de USD 2 millones por Asesor Financiero por año.
  • Cada vez que un Asesor Financiero vendía un CD de tamaño apreciable, la gerencia enviaba correos electrónicos felicitando al equipo; Si el Asesor abría una cuenta de monto similar en el custodio Bear Stearns era ignorado. En el momento en que un Asesor llegaba al millón de USD en depósitos en SIB era premiado con un viaje gratuito a Antigua.
  • En 2001, la contracción de los mercados de valores de los EE.UU. motivó a Stanford a vender los CD’s de SIB a “Inversores Acreditados”, amparados bajo la Regulación “D”. En ese momento, se incrementó la presión que se aplicaba a los asesores financieros para solicitarle a sus clientes que invirtieran en CD’s, invitándolos a reuniones y eventos organizados o patrocinados por Stanford.
  • Luego de eso, todo trataba sobre la venta de CD’s, a los inversores extranjeros o de los EE.UU.. Me daba la impresión que las inversiones tradicionales como acciones, bonos, fondos mutuos o anualidades, se usaban con el único propósito de atraer a los clientes, para luego cambiar sus inversiones a CD’s de SIB.
  • Como Corredor de Valores, siempre fui entrenada para diversificar las inversiones de mis clientes en una cartera de inversiones adecuada a su perfil como inversionista. Invertir la mayor parte de la cartera en una sola inversión en un banco off-shore no cumplía esos requisitos.

RESULTADOS DE ANÁLISIS DE DEBIDA DILIGENCIA (“Due Diligence”)

SIB era un banco off-shore, que no era objeto de regulación y no tenía el seguro del FDIC o SIPC. Cuando preguntaba si el banco tenía un seguro para proteger a los depósitos de clientes, se me dijo que SIB estaba cubierto por Lloyd’s de Londres. Con un poco de investigación, me enteré de que las pólizas provistas por Lloyd’s eran para amparar la responsabilidad de directores y ejecutivos, y para cubrir los riesgos de las cuentas bancarias que SIB mantenía en otros bancos en exceso de la provista por el FDIC, pero no para proteger los depósitos de los clientes.

  • A pesar de que los depósitos en SIB se promocionaban como inversiones seguras de renta fija, los recursos captados por el banco era invertidos en mercados volátiles de alto riesgo, como el mercado de acciones, opciones, futuros, mercado inmobiliario, y los mercados de divisas. Estas inversiones no eras congruentes con una política de inversión prudente. La respuesta de la Administración a esta cuestión era que la cartera del banco se administraba como un fondo de cobertura, lo que de inmediato me sugirió alto riesgo.
  • No había una firma de auditoría externa reputable auditando los estados financieros de SIB. En varias ocasiones solicité una evaluación de la cartera de activos de la SIB que ofreciera prueba del valor de sus inversiones. Me dijeron que era información confidencial. Esta era una práctica inconsistente con otras instituciones financiera que proveen a sus inversionistas con un detalle de la valoración de su portafolio verificado por un auditor externo.
  • Los permanentemente altos rendimientos reportados en los informes anuales no se correspondían con la realidad de los mercados, lo que los hacía sospechosos.

RESULTADO DE NO VENDER LOS CD’s DE SIB

  • Con base en los resultados de la diligencia debida, me abstuve de vender los CD’s de SIB a mis clientes. El 1 de noviembre de 2002 fui llamada a la oficina del Sr. Comeaux y me despidió. Se me pidió que abandonara la oficina de inmediato sin explicaciones.
  • No me dieron una razón para despedirme, pero creo firmemente que fue por mi renuencia a vender los CD’s de SIB. Como agravante, Stanford me demandó ante el NASD para que devolviera el bono de enganche, confiscaron mi cuenta personal en Bear Stearns, se apropiaron de mis clientes y los distribuyeron entre otros asesores financieros de Stanford. Mi capacidad para ganarme la vida y mi reputación personal fueron injustamente comprometidas.

DISPUTA ARBITRAL CON STANFORD

  • La disputa arbitral planteada por Stanford, y mi contra-demanda fueron resueltas por un panel arbitral del NASD. Stanford quería que devolviera mi bono de enganche. Yo alegué despido indebido y bajo la Ley de Denuncias, solicité al NASD que investigara mis alegatos.
  • Los árbitros ignoraron mis denuncias y se declaró a Stanford ganador. Me condenaron a reintegrar el bono. No hicieron ninguna investigación para declarar que mis alegatos eran falsos.

ENTONCES DECIDI IR A LA SEC

  • El 15 de septiembre de 2004 el panel arbitral concluyó el caso y me notificó que tenía 30 días para cumplir con el laudo arbitral o mi licencia sería revocada. Me las arreglé para conseguir una prórroga e hice contacto con el Sr. Tom Baudhuin en la SEC, oficina de Fort Worth, para contarle mi historia. Luego le envié una carta con todas las alarmas que constituían parte de mi denuncia. También le pedí al Sr. Baudhuin que hablara con la Sra. Carole Sherman, abogado de la división de supervisión del NASD y le explicara mi caso. Otra cuestión que se discutió es el hecho de que los CD’s son en realidad títulos valores, lo que confería a la SEC jurisdicción sobre SIB.
  • El 22 de diciembre de 2004, recibí una llamada telefónica de la Sra. Victoria Prescott, Consejero Especial Superior de la SEC en la oficina de Fort Worth, en respuesta a la sugerencia del Sr. Baudhuin de estudiar este asunto. Ella me pidió más información. Le envié una copia de los folletos de SIB, copia de algunos de los muchos mensajes de correo electrónico y otra información.

LO QUE VINO DESPUES

  • En enero de 2005, mi abogado recibió una llamada telefónica de Stanford con el objeto de llegar a un acuerdo. Me ofrecieron que devolviera sólo la mitad del bono de enganche y renunciara o todo reclamo futuro. Esto me permitía mantener mis licencias y continuar sirviendo a los clientes que quisieran seguir trabajando conmigo fuera de Stanford. Yo ya había perdido demasiado y decidí transarme. Obtuve un préstamo y les pagué.
  • Cuatro años más tarde, en enero de 2009, recibí una llamada del Sr. D. Dee Reibourn, Abogado, División de Supervisión de la SEC en Fort Worth, diciéndome que desean hablar acerca de mi anterior empleador, Stanford. A continuación, realizó una entrevista telefónica, y de le conté mi historia de nuevo.
  • En febrero de 2009 implosionó Stanford, lo que me impresionó enormemente. Empecé a recibir llamadas de muchas víctimas, que me pidieron ayuda. Decidí ayudar a algunas de ellas.

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