El Miami Herald del sábado reporta que los reguladores bancarios de Florida nunca actuaron a pesar de las evidencias de irregularidades de las operaciones de Stanford en ese Estado.
En efecto, cuando el regulador de Florida Keith Jasper llegó a las opulentas oficinas de Stanford Trust en Miami en el año 2001, esperaba para ver los comprobantes que demostraban que el dinero estaba colocado en inversiones seguras. Pero cuando el veterano examinador de bancos preguntó por los comprobantes, le dijeron no había ninguno. De hecho, los registros de los millones de dólares que fluyeron a través de la oficina habían sido destruidos. Los reguladores hubieran podido exigir los documentos, o inclusive clausurar la oficina, pero nada de eso ocurrió.
Durante los siguientes ocho años, se permitió a las oficinas de Stanford continuar vendiendo productos de inversión, la destrucción de los registros y envío de dinero al extranjero en aviones privados en lo que terminó siendo uno de los fraudes financieros más grandes de la historia.
Los records demuestran que a pesar de que los reguladores visitaron la oficina en dos oportunidades después de que abriera en 1.998 y emitieran informes con relatando las irregularidades, los supervisores no hicieron nada.
La destrucción de los archivos – y el fracaso del estado para evitar que esas prácticas continuaran- crearon gazapos regulatorios que permitieron a la oficina de Miami vender cientos de millones de USD en los controversiales Certificados de Depósito sin que los reguladores cuestionaran dónde se estaba invirtiendo el dinero.
Los Fiscales acusadores dicen que las inversiones – los certificados de depósito – suponían ir al Stanford International Bank en Antigua dónde generaban alta rentabilidad para sus clientes. Pero una vez en el banco, el dinero era secretamente desviado para pagar gastos personales de “Sir” Allern Stanford, incluyendo los patrocinios deportivos, mansiones y una flota de jets privados. Stanford y sus lugartenientes mantuvieron el fraude funcionando por años, pagándole a los inversionistas que se retiraban con el dinero de los nuevos inversores.
Durante años la oficina de Miami, con vistas a la bahía de Biscayne, fue una de las más productivas en su imperio bancario. Creada como una compañía extranjera de fideicomiso – la única de su tipo en la Florida – la oficina operaba con un acuerdo único y sin precedentes con el Estado de Florida. Desde el momento en que Jasper llegó, encontró empleados canalizando cientos de miles de dólares para el banco de Stanford en Antigua. Sólo que no enviaban el dinero mediante transferencias bancarias, sino en cheque enviados por valija, para evitar todo tipo de control o escrutinio.
Fuente: http://venepiramides.blogspot.com/2009/07/los-reguladores-bancarios-de-florida.html
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