El 22 de junio de 1948 fue la fecha de uno de los eventos más decisivos y perturbadores de la historia sionista: el bombardeo a Altalena, un barco que llevaba armas y reclutas para la Guerra de la Independencia de Israel, provenientes del recién formado ejército israelí. La amargura causada por el incidente todavía es fresca para muchas personas hoy en día.
El Altalena, que fue atacado fuera de la costa de Tel Aviv, había sido despachado por la milicia revisionista pre estatal Irgun poco después de que Israel se declarara como Estado. El primer ministro David Ben-Gurión consideró que la decisión de este grupo de proceder con la misión, a pesar de que ésta ya se había integrado a la Fuerza de Defensa de Israel, era una evidente rebelión.
Luego de que éste frenase en la costa, un comandante de la FDI envió un ultimátum a Menachen Begin, quien dirigía Irgun, y le dio 10 minutos para rendirse. Cuando no respondió, comenzó el tiroteo. No está claro quién comenzó.
Durante el curso de dos días murieron 19 personas, en su mayoría veteranos de Irgun.
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