El 25 de agosto de 1944, las tropas nazis que controlaban París se rindieron ante los dirigentes de la Francia libre, y su líder el general Charles De Gaulle expresó: “¡París! ¡París ultrajado! ¡París roto! ¡París martirizado! ¡Pero París liberado!”.
Desde principios de junio, la población parisina comenzó a demostrar abiertamente su deseo de liberarse del dominio nazi, y el 14 de julio, pese a la prohibición existente, muchos celebraron la fiesta nacional sacando a relucir la bandera tricolor gala, lo que provocó que varios de los celebrantes fueran detenidos por las fuerzas ocupantes de la ciudad.
Casi un mes después, el 10 de agosto miles de trabajadores, sobre todo empleados de los transportes públicos, entraron en huelga para exigir la liberación de los detenidos y la ciudad quedó paralizada. Previendo la insurrección, los nazis confiscaron primero las armas de la policía parisina pues temían que no cumplieran sus ordenes, lo que fue respondido con un paro el 15 de agosto y la toma de la sede administrativa de la Prefectura, cuatro días después, donde se apropiaron de una importante cantidad de armas.
Un día antes, Henri Rol-Tanguy, un coronel comunista y jefe de las Fuerzas Francesas del Interior (FFI),quien proclamó la insurrección armada, a la que inmediatamente se plegaron los miembros de la resistencia gaullistas.
La insurrección popular además de generar el temor de que ocurriera lo mismo que había pasado en Varsovia, cuando los nazis la habían reprimido haciendo una masacre, la liberación de París no estaba en los planes de las tropas aliadas al mando del general estadounidense Dwight D. Eisenhower, quien consideraba que era necesario continuar avanzando hacia el territorio de Alemania.
Pero ante el levantamiento popular parisino, el alto mando de las fuerzas estadounidenses autorizó a la división del general francés Philippe Leclerc avanzar rumbo a la ciudad, dejando que la toma de la ciudad la efectuara parte del ejército de Francia Libre, tropas que entre sus filas contaban a más de 160 republicanos españoles que en su lucha contra el franquismo los llevó a este nuevo frente de batalla.
Si bien Hitler había dado orden de destruir París, el gobernador nazi de la ciudad, Dietrich von Choltitz, no cumplió esa orden y si bien años después explicó que el Führer había “perdido la razón”, la realidad es que fue convencido por un diplomático sueco de que la guerra estaba perdida y von Choltitz entregó su rendición a Leclerc y de Gaulle en la tarde el 25 de agosto.
La primera foto enseña un tanque marcado Guernica. Eso es porque ya el 24 de agosto entraron en París, los soldados de la “NUEVE” soldados republicanos españoles que ya antes habían luchado contra el fascismo en España. Fueron ellos quienes liberaron al ayuntamiento (Hôtel de Ville). Lucharon dentro de la 2ème DB con el general Leclerc. Hoy, hay un jardín delante del Hôtel de Ville inaugurado por el alcalde Ana Hidalgo que se llama “Jardin des combattants-de-la-Nueve”. ¡Los parisinos nunca olvidarán a esos héroes que lucharon contra los nazis para liberar a París!