Coronavirus: celebrar Purim en un mundo al revés

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Este año la fiesta de Purim en Israel tendrá un aspecto muy diferente. Los niños seguirán disfrazados, y algunos lo celebrarán en exceso. Pero las celebraciones se modificarán, serán más pequeñas. La lectura comunitaria de la «meguilá» estará limitada por las directrices del Ministerio de Salud, y las celebraciones y comidas estarán sujetas a las restricciones actuales.

Para algunos, este año Purim puede parecer anticlimático, apagado. Mis alumnos ya han expresado su preocupación de que este año Purim sea un poco más deprimente. Preguntaron: «¿Cómo podemos celebrar Purim este año cuando todo nuestro mundo se ha puesto patas arriba?».

Les respondí que este puede ser el primer Purim real que muchos de nosotros hemos experimentado. Puede que este año no bebamos tanto vino, pero puede que por fin nos impregnemos del verdadero significado de Purim.


Purim celebra una salvación milagrosa que tuvo lugar hace más de dos mil años en el gran Imperio Persa. Pero su mensaje es tan relevante hoy como siempre.

Purim significa literalmente «lotería», una referencia a la suerte que sacó el malvado Amán. El propio nombre de la fiesta implica el destino y el azar, la tirada de los dados, la suerte.

A primera vista, la historia de Purim parece una serie de extrañas coincidencias encadenadas. La trama cuidadosamente tejida está escrita como una gran obra de la literatura clásica, con héroes y villanos, gran dramatismo y suspense, clímax y desenlace. La trama se complica con todos sus giros. Pero detrás de este drama de libro de cuentos hay algo profundo.

Según el rabino Joseph B. Soloveitchik, una de las lecciones de la historia de Purim es que el hombre es vulnerable. En un momento todo va bien -la comunidad judía vive cómodamente, con seguridad y protección- y de repente, sin previo aviso, el pueblo judío de todo el Imperio Persa se enfrenta a la amenaza de la destrucción, una «Solución Final».

Ester es uno de los libros de la Biblia, pero el nombre de Di-s no se menciona, ni siquiera una vez. Según nuestra tradición, Él está escondido. El Talmud (Hullin 139b) pregunta: «¿Dónde está [hay una alusión a] Ester en la Torá? ‘Y ciertamente ocultaré Mi rostro de ti’». El Talmud cita un versículo que habla de hester panim, Di-s aparentemente ocultando Su rostro en medio del sufrimiento.

Sin embargo, existe la tradición de que en el Libro de Ester, «el Rey» es una alusión a Di-s, el Rey de reyes. En Purim, se nos desafía a ver a Di-s -el Rey- en la narración. Parece estar oculto, pero en realidad es Él quien mueve los hilos detrás del telón.

El propio nombre del libro -Megillat Esther- puede entenderse como «revelar lo oculto».

Pero no basta con ver a Di-s en la historia de Purim. Se nos desafía a verlo en la historia de nuestras vidas, en nuestras pruebas y tribulaciones, las vicisitudes de la vida, los altibajos. Incluso se nos desafía a ver la mano de Di-s en la tragedia y en la historia que se desarrolla ante nuestros ojos; en nuestras vidas personales y en nuestra vida nacional.

En este PURIM se cumple un año desde que nos dimos cuenta de la gravedad y el desarrollo de la tragedia de la pandemia. Hace un año, casi de la noche a la mañana, nuestro mundo se puso patas arriba. De repente, todo cambió. Ha pasado un año detrás de las máscaras, aislados y alienados. Y un año completo de incertidumbre, sintiéndonos vulnerables, con cosas fuera de nuestro control.

Pero Purim es un día en el que todo está al revés. Es un día en el que reconocemos que somos realmente vulnerables, y que lo que parece estar bajo nuestro control es sólo una ilusión. Llevamos máscaras para recordar que para ver de verdad hay que quitar las capas de la percepción. Bebemos en exceso para acceder a una realidad más profunda, más allá de la lógica o la razón.

Reconocemos que la redención puede llegar en los lugares que menos esperamos, y que los planes y las estratagemas de nuestros enemigos pueden frustrarse con la misma rapidez con la que se tramaron.

Al ser humanos, nuestra capacidad de comprensión es limitada. Los sucesos trágicos parecen carecer de sentido, sin ton ni son. Los acontecimientos mundiales pueden ser confusos, con un futuro incierto. En Purim, reconocemos que la mano de Di-s lo guía todo. El «Rey» trabaja entre bastidores, moviendo los hilos.

Puede que no entendamos todos los giros de la trama, pero conocemos al «Autor». Y todo lo que tenemos que hacer es poner nuestra confianza en Él.

*El autor vive y enseña en Jerusalem, donde es rabino de la Kehilat Zichron Yosef de Har Nof.

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