Uno de los consejos para llegar a ser una persona alegre en cada momento es dar al otro una parte de sí misma.
Dar es un sentimiento del alma, ya que es una alegría que queda para toda la vida. A diferencia de otros placeres, como comer los mejores manjares, que se van y se olvidan, el de dar permanece para toda la vida.
Así lo dijo un escritor muy famoso: “El que tiene lo bastante para poder hacer bien a otros es rico”.
La verdadera alegría de ayudar al compañero sólo llega cuando se ofrece sin esperar nada a cambio, ni siquiera gratitud.
Dice el Rambam: “El tipo de alegría que es una Mitzvá es la que tú compartes con los demás. Si alguien cierra sus puertas y solamente utiliza lo que tiene para sí y su familia inmediata, sin ayudar a la gente necesitada, no siente alegría de Mitzvá, sino la de satisfacer su estómago”.
Está escrito en el Talmud: “Todo hombre que no tiene esposa, no tiene Berajá, no vive con alegría, etcétera”.
La explicación es la siguiente: si un hombre no tiene mujer, no tiene a quién darle parte de él (de su tiempo, estar con ella, apoyarla, mantenerla, etc.), y esto le provoca no tener alegría en su vida. La verdadera alegría se logra únicamente cuando se da al prójimo.
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