Bajo la fresca sombra del alto jardín vertical del restaurante Palm Court levanto mi copa y brindo por la belleza que me rodea. Desde que el hotel Hassler abrió sus puertas en 1893, ha mantenido la codiciada posición como el hotel más prestigioso de Roma, dominando una de las vistas más exclusivas del mundo sobre las iglesias, cúpulas y tejados de la Ciudad Eterna. Aquí, me siento como realeza, disfrutando de Roma de una manera autentica, lujosa e inolvidable.
La presencia constante del propietario y gerente general Mr. Wirth crea un ambiente de sofisticación y excelencia que se refleja en el excelente servicio del hotel y en su fama internacional: es el único hotel de lujo de propiedad privada en Roma que puede competir con cadenas hoteleras fuertes. Con su grande sonrisa y conocimiento hotelero, Mr. Wirth ha convertido al Hassler en una de las joyas más preciosas de la ciudad.
Como propietario de segunda generación del Hotel Hassler y quinta generación de una famosa familia hotelera, cree en la continuidad de la rica tradición de la dinastía hotelera Bucher-Wirth. Durante casi dos siglos, la familia Bucher-Wirth ha seguido dejando su huella en el campo de la hospitalidad de lujo.
Perfectamente renovado, pero reteniendo su atmosfera clásica y estilo autentico, la excelente ubicación del Hassler Roma en la cima de la Escalinata Española junto a la iglesia de Trinità dei Monti le proporciona con un potencial casi ilimitado.
Cada habitación es distintiva y está diseñada de forma individual. El encanto y la magia de la antigua y elegante Europa inunda cada rincón; las lámparas y candelabros venecianos de la isla de Murano dan un brillo romántico, mientras que los espejos del siglo XIX reflejan la luz. Tesoros de cristal francés, porcelanas de Limoges, espléndidos tapices y apliques, paredes y techos decorados con asombrosas pinturas trompe l’oeil, mosaicos y frescos proporcionan acentos decorativos extraordinarios. Todos estos elementos se combinan a la perfección con acentos modernos y contemporáneos. El resultado es magia.
Aquí, desde el encantador jardín al aire libre de Palm Court, que ofrece un agradable descanso del calor del verano romano rodeado de antiguos muros de piedra, flores y hiedra, disfruté cada mañana de a cocina dirigida por el Jefe de Cocina Marcello Romano, que propone platos tradicionales romanos inspirados en productos frescos de temporada, ofreciendo una experiencia gastronómica única.
El Hassler Bar, justo detrás del elegante Salone Eva del hotel, es un acogedor bar de cócteles escondido, ideal para un aperitivo o una copa después de cenar. Rodeado de madera oscura, tapizados de cuero rojo y espejos dorados, es como retroceder en el tiempo.
Un espacio autentico, singular e inolvidable, el hotel Hassler es un portal a las maravillas de Roma, haciéndonos participes en su exquisita ‘dolce vita’ y en su majestuosa belleza.
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