Hebrón, el paradigma de la discordia

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Hebrón es la ciudad palestina más grande de Cisjordania.

La única en la que los asentamientos israelíes están dentro de la propia ciudad. Está dividida en dos desde 1997. El 80% de la ciudad está bajo control palestino; el 20% restante, también llamado H2, lo administra Israel. 40.000 palestinos viven en H2 entre 800 colonos. La proximidad entre las dos comunidades crea fricciones a diario.

La Tumba de los Patriarcas, en el centro de la ciudad, no sólo es un lugar sagrado para el judaísmo, el cristianismo y el islam, sino también un lugar cargado de simbolismo histórico.

Nuestro guía, Achiya Schatz, es un ex sargento del ejército israelí, ahora miembro de Breaking the Silence, una organización israelí de veteranos que expone la dura realidad de la vida cotidiana en los territorios palestinos ocupados.


Preguntamos a Schatz por las masacres que tuvieron lugar en el siglo pasado, y la influencia que tuvieron en la ciudad: “La masacre de 1929 fue una masacre en la que 67 judíos fueron asesinados aquí. La masacre de 1994 fue… Un colono que vino aquí disparando y matando a 29 palestinos que rezaban dentro de la mezquita. Pero la masacre de’29 ahora está alimentando la narrativa del movimiento de los colonos, diciendo que como los judíos fueron asesinados aquí, somos judíos, se nos permite hacer lo que queramos dentro de este lugar. La masacre de’94 dio forma a la realidad de los palestinos aquí”.

La masacre de 1994, llevada a cabo por el colono de extrema derecha Baruch Goldstein, condujo al principio de separación por el cual se construyen grandes áreas de seguridad vacías alrededor de los asentamientos por razones de seguridad.

Schatz nos explica con un mapa en la mano la situación de territorio: “Todas las áreas púrpuras son territorios donde los palestinos no pueden conducir. En todas las zonas de rayas es donde no se permite a los palestinos abrir tiendas. Y todas las áreas rojas son lo que llamamos “zonas estériles”, territorios donde los palestinos no pueden caminar”.

La calle principal de la ciudad, llamada calle Shuhada, fue una vez un bullicioso mercado palestino en el corazón del casco antiguo. Ahora está completamente desierto.

“Esto es como la quinta avenida de Hebrón. Y la verdad es que está todo vacío. ¿Por qué? Por razones de seguridad. Esterilizamos el territorio para que los colonos puedan continuar. Los colonos invaden lugares en los que no se les permite estar. Y entonces el ejército viene y los asegura”

Pero, ¿qué significa tanta presencia militar en todos los territorios ocupados?

“Hacer sentir su presencia es uno de los métodos más básicos… Es una especie de doctrina para nosotros controlar los territorios ocupados. Hacer sentir nuestra presencia es una manera de asegurarnos de que toda la población nos tenga miedo en todo momento. De esa manera podemos controlarlos mejor”, asegura Schatz.

Se cerraron más de 1.800 empresas en el centro de la ciudad. Las puertas delanteras estaban soldadas, sin importar si los palestinos seguían viviendo allí. Sólo cinco familias se han quedado, desafiando los toques de queda, la violencia y el acoso.

Desde un balcón completamente cubierto por rejas, una vecina explica que tuvieron que cubrirlo para evitar los constantes lanzamientos de objetos de los colonos: “A pesar de poner la valla, todavía recibo piedras. Si miras aquí arriba. Está lleno de piedras. Los colonos se paran allí y tiran piedras a la casa. Cuando esta puerta estaba cerrada, los vecinos hicieron una abertura en la pared para que yo pudiera entrar y salir. Necesitamos cooperar”.

Zidane Sharabati es palestino y también reside en la calle Shuhada. Se queja de los ataques de los colonos y de las incursiones nocturnas del ejército. También nos dijo que Israel ha estado estrechando su control sobre los residentes palestinos para obligarlos a salir de la zona: “Desde 1994 hasta hoy, poco a poco, están cerrando el área, añadiendo puntos de control aquí, puertas allá, nuevas formas de entrar. Día tras día, continúan acercándose a nosotros para asfixiarnos. Y hoy, cualquiera que quiera entrar necesita un número especial en su identificación. Te lo voy a mostrar. Así que, si no tienes este tipo de número, no pasas por el punto de control”.

Los enfrentamientos diarios entre colonos israelíes, soldados y civiles palestinos terminan en enfrentamientos que van desde simples tensiones hasta asesinatos. B’Tselem, el centro de información israelí para los derechos humanos en los territorios ocupados, asegura que la parte israelí actúa con total impunidad.

Hagai El- Ad, es director de la ONG B’tselem, desde ella denuncian la constante opresión que sufren los territorios ocupados: “La violencia de los colonos es un factor constante de la vida en los territorios ocupados de la Cisjordania. Hay numerosos asesinatos de palestinos y cuando son ejecutados por las fuerzas de seguridad, el 97% de las veces según nuestros datos, o bien no se abre una investigación o, si está abierta, nadie es responsable. No se lleva a nadie a juicio”.

Los israelíes en el asentamiento de Kyriat Arba, en las afueras de Hebrón, y los de H2, lamentan los ataques sistemáticos de los palestinos, los intentos de apuñalamiento y los lanzamientos de piedras. En los últimos 10 años, 60 civiles israelíes, incluidos colonos, fueron asesinados por palestinos en Cisjordania. Más de 400 civiles palestinos fueron asesinados por el ejército o por civiles israelíes.

Noam Arnon pertenece a la comunidad judía de Hebrón:”Condenamos toda violencia. Estamos en contra de toda violencia. Y si ocurrió, aunque no estoy seguro, lo condenamos. Espero que la calle Shuhada esté abierta cuando todo el pueblo vuelva a abrir sus puertas. Lo que no se puede es poner a todos los judíos en este gueto porque fuera están siendo atacados y fusilados por terroristas, y pretender que la calle se abra a esos terroristas”.

Más que en ningún otro lugar de Cisjordania, Hebrón muestra la dificultad de compartir la tierra entre palestinos e israelíes, y la remota posibilidad de encontrar la paz.

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