El ultraconservador Ebrahim Raisi asumió hoy como presidente de Irán, un país cuyas esperanzas de salir de una grave crisis económica dependen de revivir un acuerdo por su programa nuclear con las potencias mundiales.
“Siguiendo la elección del pueblo, encomiendo al sabio, infatigable, experimentado y popular Hojatoleslam Ebrahim Raisi como presidente de la República Islámica de Irán”, escribió el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, en un decreto leído por su jefe de gabinete.
Raisi reemplaza al presidente moderado Hassan Rouhani, cuyo logro histórico fue el acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las seis grandes potencias.
Desde el principio, Raisi tendrá que abordar las negociaciones destinadas a revivir el acuerdo del que Estados Unidos se retiró unilateralmente imponiendo sanciones radicales.
Raisi, en su discurso de asunción, afirmó que su gobierno buscará levantar las sanciones “tiránicas” de Estados Unidos, pero que “no atará el nivel de vida de la nación a la voluntad de los extranjeros”.
El hombre de 60 años también se enfrenta a las advertencias de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel a Irán por un mortal ataque a un petrolero la semana pasada por el que Teherán niega su responsabilidad.
Raisi ganó una elección presidencial en junio en la que más de la mitad del electorado se mantuvo alejado después de que se prohibiera la participación de muchos pesos pesados de la política.
La presidencia de Raisi consolidará el poder en manos de los conservadores tras su victoria en las elecciones parlamentarias de 2020, marcada por la descalificación de miles de candidatos reformistas o moderados.
El mes pasado, pidió al parlamento “cooperación” para aumentar la esperanza de los iraníes en el futuro.
“Tengo muchas esperanzas para el futuro del país y confío en que es posible superar las dificultades y limitaciones”, dijo en ese momento.