Israel pasó el martes el umbral de 800 pacientes graves con coronavirus, número que en el pasado ha sido citado como una línea roja más allá de la cual el sistema de salud no podrá tratar adecuadamente a todos.
Un documento publicado por el Ministerio de Salud mostró que había 811 pacientes graves de COVID-19 hasta el martes por la tarde, una cifra que incluía 239 que fueron clasificados como en condición crítica, 206 de ellos con respiradores.
Decía que otros 298 estaban en condición moderada, y 477 fueron hospitalizados con síntomas leves. El número total de pacientes con COVID-19 hospitalizados fue de 1.593.
Un informe de agosto de los expertos del Instituto Científico Weizmann predijo que los hospitales sólo podrían tratar hasta 800 pacientes graves.
En julio, el profesor Ran Balicer, de la obra social Clalit, la mayor organización de mantenimiento de la salud de Israel, dijo al sitio de noticias Ynet que, debido a las limitaciones de personal, “una realidad de 800 a 900 pacientes graves con coronavirus tratados en cualquier momento por el sistema de salud israelí es una carga de trabajo bajo la cual el sistema no puede funcionar por mucho tiempo”.
Sin embargo, el diario Haaretz la semana pasada citó a un alto funcionario de la salud que situó la cifra en alrededor de 1.200 o 1.300 pacientes graves.
Los hospitales también han advertido que el creciente número de trabajadores de la salud en cuarentena ha creado una grave escasez de mano de obra. El Ministerio de Salud dijo el martes que 4.228 trabajadores de la salud están actualmente en aislamiento, casi la mitad de los cuales (1.980) se ha confirmado que están infectados con COVID-19.
El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo el lunes que había ordenado al sistema de salud que se preparara, a partir del 1 de octubre, para tener que tratar a 1.500 pacientes graves.
El Dr. Guy Choshen, jefe del departamento de coronavirus del Centro Médico Ichilov de Tel Aviv, dijo al Canal 12 el lunes por la noche que el hospital estaba viendo una carga de casos cada vez mayor, ya que tanto el número de casos graves como el de los que requerían respiración asistida continuaban creciendo, con un aumento particular evidente en los últimos días. “Vemos un aumento en el número de nuevos pacientes y nos vemos obligados a luchar para liberar pacientes a otras instalaciones o a hoteles [de coronavirus]”, dijo Choshen. “Estamos realmente intentando hacer espacio para los próximos pacientes que lleguen”, agregó.
El número de muertes por coronavirus en Israel pasó de 1.500 el lunes por la noche, según datos del Ministerio de Salud, con más de 500 nuevas muertes registradas en unas tres semanas. El número de muertes fue de 1.507 el martes por la mañana, ya que los nuevos diagnósticos y los pacientes gravemente enfermos siguieron aumentando, así como el porcentaje de pruebas que dieron positivo.
Israel ha tenido un total de 233.554 casos confirmados desde el comienzo de la pandemia, con 65.025 casos activos.
Las muertes diarias por coronavirus en Israel per cápita han superado las de los Estados Unidos, dijo un grupo de trabajo militar en un informe publicado el martes por la mañana. Según los datos, la tasa de mortalidad diaria de Israel durante la última semana ha sido de 3,5 por millón de personas, mientras que la tasa de EE.UU. fue de unos 2,2 por millón.
En un esfuerzo por reducir las crecientes tasas de infección – que superaron los 8.000 en varios días de la semana pasada – un nuevo y amplio cierre nacional tomó fuerza a las 2 p.m. del viernes, aunque los legisladores no pudieron llegar a un acuerdo sobre las restricciones previstas en las protestas y los rezos al aire libre. Se esperaba que las nuevas reglas sobre estos dos temas fueran aprobadas por la Knesset (Parlamento) el martes.
Según las nuevas reglas, casi todos los negocios están cerrados, con la excepción de empresas y fábricas específicas designadas como “esenciales” por la Autoridad Nacional de Emergencias del Ministerio de Defensa, así como tiendas de comestibles y de alimentos. A los restaurantes se les permite operar sólo con entrega a domicilio.
Aunque el gobierno había indicado inicialmente que el cierre duraría de dos a tres semanas, los funcionarios han indicado en los últimos días que podría durar mucho más.
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