La comunidad judía de Brasil realizó su tradicional Convención anual con una serie de actos dedicados a la conmemoración simultánea por los 70 años de la fundación del Estado de Israel y de la Declaración Universal de Derechos Humanos, aunque el avance del antisemitismo fue tema de debate.
La 49ª Convención Anual de la Confederación Israelita de Brasil (CONIB) se cerró con la cena de gala celebrada en el salón del club Hebraica, con la presencia de diversos líderes judíos y de autoridades, entre muchos otros donantes, partidarios y amigos.
En declaraciones a la Agencia de noticias AJN, el presidente de la CONIB, Fernando Lottenberg, explicó que “la Convención ha traído la oportunidad de una reflexión muy profundizada sobre los temas de la comunidad judía, no sólo en Brasil, sino en todo el mundo”.
“El mundo está cambiando rápidamente. En Brasil tenemos un cuadro político nuevo y, en el mundo, vemos el crecimiento del populismo y del aislacionismo”, apuntó el dirigente para alertar, seguidamente, sobre una “mayor ocurrencia de acciones antisemitas en diversas regiones, incluso en países donde no podríamos imaginar ese tipo de ataque, como ocurrió recientemente en Pittsburgh, Estados Unidos”.
También citó el caso del Reino Unido, donde Lottenberg alertó sobre “la perspectiva de ascenso del líder laborista Jeremy Corbyn, con su antisionismo radical y encubrimiento de acciones antisemitas en su partido”.
“En Israel, a pesar de las dificultades para caminar hacia un acuerdo de paz, tenemos, paradójicamente, un marco regional de mayor cooperación entre el Estado judío y sus vecinos, incluso con aquellos con los que el país no tiene relaciones diplomáticas. Es un mundo nuevo, y la convención fue una oportunidad para evaluar mejor todas estas cuestiones, para actuar de manera aún más efectiva el próximo año”, enfatizó.
Durante la cena de gala al célebre filósofo, activista, cineasta y dramaturgo francés Bernard-Henri Lévy dijo haber quedado impresionado con la organización y activismo de la comunidad judía brasileña, especialmente por parte de CONIB.
Como principal orador, Lévy habló sobre su libro “El Espíritu del Judaísmo”, el Holocausto y la importancia de defender valores democráticos y liberales.
“Israel es un ejemplo de ello. No hay otro país en el mundo que acoja tanta multinacionalidad ante constantes desafíos y amenazas y que, a pesar de ello, consiga mantener intacta su democracia”, expresó.
La intensa agenda la Convención se desarrolló entre el viernes y domingo pasado en el Hotel Tryp Iguatemi.
Uno de los paneles reunió al director de la CONIB, Milton Seligman y el periodista y analista político Alon Feuerwerker, y versó sobre el tema “La comunidad judía y la nueva coyuntura brasileña”.
Luego fue el turno del secretario de la CONIB, Rony Vainzof, quien junto a Alexandre Pacheco da Silva e Mariana Feferbaum, de la Escuela de Derecho de San Pablo, pertenecientes a la Fundación Getúlio Vargas, presentaron un informe sobre el discurso del odio.
Las actividades incluyeron la conferencia de Sharon Nazarian, vicepresidenta de la ADL (Anti-Defamation League), organización judía norteamericana de defensa de los derechos humanos y combate al antisemitismo.
Nazarian habló sobre el trabajo de la institución en defensa de los derechos de las minorías y los principales desafíos que enfrenta hoy, en la presentación titulada “Una visión sobre antisemitismo dentro de una perspectiva global y contemporánea”.
Por su parte, Alberto do Amaral Júnior, doctor, docente y profesor asociado de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Pablo se refirió a la compatibilidad entre sionismo y la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En este contexto citó la importancia del trabajo de la filósofa Hannah Arendt en la contextualización de términos como campo de concentración y totalitarismo.
Recordó la importancia de la creación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, como vehículo de definición de genocidio y de crímenes contra la Humanidad y para la defensa de derechos individuales, sociales, económicos y de género, así como la contribución de profesores y académicos judíos formulación.
Además mencionó la eficacia en la aplicación de esos derechos, sobre el crecimiento del nacionalismo y sobre la dificultad de compatibilizar los derechos colectivos y los derechos individuales, la cuestión de los refugiados y apátridas, sobre el avance del populismo, tanto de derecha como de izquierda, y sobre los desafíos para evitar lo que llamó la erosión de las democracias liberales.
Amaral Júnior alertó sobre los riesgos del totalitarismo, como forma de adoctrinación capaz de llevar a la ruptura de valores y al aislamiento.
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