“La Meta de la Física”

Por:
- - Visto 261 veces

Toda acción tiene su reacción. La acción es el pensamiento y la reacción es el hecho, lo demás son consecuencias. “Vivimos en una consecuencia creando otras”. Si entendiéramos la vida de esa manera tomaríamos muchas precauciones antes de pensar. En cierto modo, debemos analizar como paso previo al pensamiento. Pero, ¿acaso es lógico esperar un análisis con resultados de pensamientos adecuados para llevar a los hechos y crear consecuencias que, a su vez, traerán otras, cuando esa persona es un terrorista, un asesino, alguien que ve por sus intereses, en resumen, un político? Por supuesto que ya sabemos los resultados aun sin que esa persona haya comenzado la idea, siquiera, como paso previo al razonamiento. Sabemos que de una manzana podrida solamente saldrán gusanos. Una guerra nunca fue, es ni será una solución para nada y para nadie. Nunca sale alguien beneficiado por guerras, nadie, definitivamente nadie. No se gana nada, nunca. Y lo peor es que las guerras nunca acaban, jamás. La Segunda Guerra Mundial fue una consecuencia de la Primera. La Primera comenzó como un simple conflicto familiar que terminó con dos guerras y más de 150 millones de muertos. No, me retracto, nunca terminó, sino que dejó como saldo vergonzoso. Árabes y judíos, judíos y árabes, una guerra milenaria que nunca acabará porque así son las guerras, nunca acaban. Porque los que la planean velan por sus intereses, ya sea económicos o territoriales, como si esos intereses fueran eternos. Y aunque así fueran, ¿por qué a costillas de tanta gente? ¿Por qué hacer crecer traumados, aterrorizados a tantos niños con los sonidos de los bombardeos y misiles? ¿Por qué nadie piensa en los niños? ¿Por qué los que dicen sí pensar en ellos, sólo lo hacen si son de su bando? ¿Acaso los niños del bando contrario no son niños? ¿Y qué resultado quedó después de tanta masacre? Nada, solamente gente muerta, familias destruidas, personas sin hogar, desaparecidos… Y todo en medio de una pandemia (a la que sostengo que es una Tercera Guerra Mundial, consecuencia de la Segunda. Algún día les hablaré de eso).

Fin del conflicto por un alto al fuego ¿Fin del conflicto? ¿Alguien ganó algo? Nadie, o mejor dicho, solamente los fabricantes y vendedores de armamentos, es decir, los políticos de ambos bandos. Sí, esos descorazonados que se la dan de héroes frente a las cámaras de televisión, vestidos de gala, con el estómago lleno, bien rasurados, bañados y perfumados. Mientras los soldados se despidieron de sus hijos sin saber si volverán a verlos, sin saber qué será de ellos cuando ya no estén los padres, sin comer más que lo que algún alma caritativa les acerque, sin bañarse, tragando polvo, heridos, mutilados, otra vez heridos y nuevamente mutilados. Algunos que se salvan quedan sordos, ciegos, tartamudos o mudos. Los que más se salvan quedan casi locos. Mientras los que se dicen héroes están cómodamente es sus camas con sus parejas atrincherados en las pasiones carnales con el estómago feliz y oliendo a jabón y shampoo del más elegante. ¿Saben quién les compra todos esos lujos? Así es, los soldados y la ciudadanía con los impuestos. ¿Lujos? ¿Acaso el jabón, el shampoo, el papel de baño, un rastrillo para rasurar y demás cositas banales, son lujos? Quiero verte en medio de una guerra y que me digas a qué le llamas lujo. Una guerra que, por no haber terminado, resurgirá de este descanso mal llamado «alto al fuego», donde nadie ganó ni ganará nunca nada. No, no es un honor defender a nadie con guerras. El honor es hacerlo por la paz. Único medio donde todos ganan, donde ceder es parte del plan, donde agachar cabeza no es ser sumiso sino orgulloso.
Árabes y judíos, judíos y árabes, deben ofrecer disculpas a todos los niños del mundo. Sí, a todos. Los niños palestinos son niños. Los niños judíos son niños. No puede haber enemistad entre niños. Sus únicos intereses son llegar primero a la alberca, ganarse la paleta, llorar más fuerte por un premio aunque sea un lápiz negro. Esos niños que hoy no tienen padres, no tienen casas, no tienen a sus mascotas, no tienen nada… Y tienen miedo, un miedo que vivirá con ellos hasta la muerte, si no es que en el transcurso de sus vidas crezcan con odio, sin razón, por culpa de aquellos políticos de traje, de esos héroes falsos que, por salir victoriosos en las próximas elecciones, son capaces de acordar con el enemigo la peor de la guerras. Y no me refiero a las muertes, sino a la destrucción de vidas inocentes que crecerán con odio.

Eso sí es culpa de ellos, de esos héroes apócrifos engalanados en finas vestiduras.


Acerca de Rob Dagán

Mi nombre es Gabriel Zaed y escribo bajo el seudónimo de Rob Dagán. Mi pasión por la escritura es una consecuencia del ensordecedor barullo existente en mis pensamientos. Ellos se amainan un poco cuando son expresados en tinta, en un escrito. Más importante es expresarse que ser escuchado o leído, ya que la libertad no radica en hablar, sino en ser libre para pensar, analizar.

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: