La única sinagoga de Baréin dejó hoy las luces encendidas y las ventanas abiertas en memoria de la llamada Noche de los Cristales Rotos (“Kristallnacht”), en un acto simbólico que se realizó por primera vez de manera pública en el país después de que se normalizaran las relaciones con Israel el pasado septiembre.
En el corazón del antiguo barrio de la capital bareiní, Manama, la única sinagoga en el país se unió a la campaña “Que se haga la luz”, un evento que se celebra en todo el mundo y que consiste en dejar las luces encendidas y las ventanas abiertas de todos los centros de culto judíos del mundo durante la noche del 9 de noviembre, cuando tuvo lugar la “Kristallnacht”.
Es la primera vez que se conmemora en Baréin, un país árabe de mayoría musulmana que se ha postulado históricamente como enemigo de Israel, pero al que reconoció el pasado 15 de septiembre junto a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Sudán más recientemente.
Dentro de la sinagoga de Manama, el jefe de la comunidad judía en Baréin, Ebrahim Nonoo, dijo a los medios que acudieron al acto que es de vital importancia que los judíos bareiníes se sientan “conectados” con el resto de comunidades judías fuera del país.
“Para otras comunidades en Baréin será la primera vez que nos vean participar en un evento de esta magnitud y, con suerte, nos ayudará a educarlos sobre la historia judía y las turbulencias que atravesamos”, dijo Nonoo.
Esta acción de hoy recuerda a las víctimas de la trágica noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, cuando las autoridades nazis ordenaron atacar a la población judía en la Alemania nazi, especialmente a sus sinagogas, lo que causó más de 91 muertos.
En los últimos años, la sinagoga de Manama ha intentado pasar desapercibida entre los edificios que la rodean, al igual que la población judía en Baréin, que según estimaciones no oficiales no supera las 50 personas en el pequeño país.
A las ceremonias religiosas, que se celebraban con cuentagotas, tan solo solían asistir algunos funcionarios estadounidenses y turistas israelíes, siempre a puerta cerrada.
Pero desde que Baréin e Israel sellaron la normalización de sus relaciones diplomáticas, la comunidad judía en Manama ha gozado de más espacio y libertad para abrirse al público.
La noche del lunes, la sinagoga de Baréin se iluminará junto a la de Hampton, en Nueva York, en el marco de esta campaña que quiere simbolizar el compromiso en la lucha contra el antisemitismo, el racismo, el odio y la intoleracia.
Los judíos de Bahréin son la única comunidad hebrea indígena que queda en los países árabes del golfo Pérsico.
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