En su oportunidad, dije con relación a la obra de Tom Wolfe que interpretarla, guionarla para llevarla al cine era una tarea titánica, su falta de linealidad y su complejidad narrativa, sus múltiples fuentes teóricas y literarias lo convierten en una ficha difícil.
El punto es determinar: ¿Qué tipo de relación se da entre un autor multipolar como Wolfe y su público?, mejor dicho: ¿Para quién escribe Wolfe o, un escritor como él?, ¿para sus críticos y colegas o, para el público que lo lee?, a la primera relación, la llamaré “triptónguita” que proviene de triptongo y, a la segunda. “Diptonguita”, por ser un diptongo.
Diptonguita es la unión de dos voluntades diferentes, tal como se trata de dos tipo de vocales, en principio en una misma sílaba (“a”, “e”, “o”: v. abiertas + “i”, “u”: v. cerrada), el punto reglado en esta relación silábica está dado por los acentos, la regla arroja como resultado que el tilde se coloca más en las abiertas que en las cerradas, de modo tal que la primer vocal emula al lector, mientras que la segunda (vocal) es el escritor. En este caso, la comprensión de la obra está dada por el lego, es decir, el lector que le da sentido al texto es la comprensión del lector-interprete la necesaria para el sentido final.
El vínculo sintáctico no resulta relevante aquí, quizás el semántico, que consiste en la relación entre palabras y objetos, de modo tal que estas designen y connoten los mismos objetos y relaciones entre el escritor y el lector, ya que de otro modo la pragmática del texto se perderá en los sentidos que le brindan los destinatarios del texto.
El triptongo, al igual que el diptongo agrega a la relación silábica una vocal más, de modo tal que puede ser dos cerradas y una abierta o, por el contrario, dos de estas y una de aquella. Aquí la cuestión es trial hay un lector y dos escritores, uno es el autor y el otro es su intérprete literal, de modo tal que los lectores, como terceros excluidos, quedan afuera de la ecuación, salvo que acepta la estipulación de la visión auténtica y correcta que el club de los escritores le brinda al texto.
El sábado 13/2/2019 el Diario Perfil publicó una columna del Jaime Durán Barba titulado: “Cristina, Maduro y el autoritarismo”, un verdadero aquelarre de citas y situaciones, alguna tan falaces como arbitrarias que tienen un fin tan espurio como quien lo escribe.
Los citas y personajes electos por el Señor Durán Barba destinados a la pobre política en la política pueblerina de la Argentina ya habían sido reflejadas, en otros contextos en la extraordinaria novela de Manuel Puig (1969) Boquitas Pintadas, también llevadas al cine por aún más notable (1974) Leopoldo Torres Nilson, pero con su trasfondo oscuro de abuso, segregación y discriminación.
La obra de Wolfe es moral, una psicodelia más propia de una pieza de realismo social, donde las pautas de los ricos y de los pobres coinciden en el hecho de que, si una falsedad es útil, pues bien, sigamos con ella hasta el final. La mentira justifica lo social, como salva de lo legal, el marketing es la única verdad.
En cambio, los personajes de la narrativa argentina son maleables, manejados por una serie de sujetos que utilizan al principio del arquitecto del discurso del nacional socialismo (nazi) Joseph Goebbels: mantener un único enemigo y simplificar en pocas apotemas los discursos, para que las masas puedan reunir a un o grupos de individuos en un solo esquema. La simplificación del discurso fue muy útil para llevar al austríaco adolf hitler al poder y a su discurso a la finalización de la República de Weimar (Imperio Alemán 1918 y 1933).
Las cosas, por supuesto no ayudan para relatar el diptongo argentino, no hay civiles y asesinos, aliados y el eje, occidente y la URSS como en Alemania entre 1932-1945, parece que hay: “república ∌ populismo” = “honestos ∌corruptos”, donde las dos primeras son un vocal abierto, mientras que su antónimo, las dos segundas, serán vocales cerradas de una palabra macabra que es maniqueísmo (ma-ni-que-ís-mo).
El viejo discurso del poder, basados en la desvencijada afirmación del asesor de marketing don Jaime Duran Barba es igual al que en su momento hizo de lógica un discurso de su predilección: el del discurso de la manipulación y la mentira, propia de su admirado adolf hitler, al que califico de un eficaz comunicador social (cito http://www.nuevasion.com.ar/articulo.php?id=5941).,
Así, nuevamente, en su nueva formulación, Durán Barba escribe en el Diario Perfil sobre que una posible vuelta al gobierno del gobierno populista, antisemita, que gobernó la Argentina desde el año 2003 y hasta diciembre de 2015, sepultará a la argentina a un destino similar a la Venezuela de Chaves y Maduro.
Para justificar su apreciación, hace uso de una manipulación de la historia reciente argentina, desde 1940 y hasta diciembre de 2015.-
Así como en los antónimos “Gorila ≠ Peronista”, “república ≠ anti-república”, el discurso del goebbeliano de Duran Barba, consiste en utilizar al principal problema actual del país (la corrupción) solo como una excusa banal como: ganar una elección.
En el caso, se pretende una relación diádica (escritor-lector), pero en realidad se trata de triádica, ya que está hecha por un asesor político tan arrogante como el gobierno que asesora y, un círculo de medios de comunicación y político que lo escucha. El lector (elector) queda afuera del relato y solo acepta su estipulación atrapante y segregada.
Ello es así, siempre que la intención de la estrategia adoptada es excluyente de cualquier pauta de moral-social, ya que: en el caso, no están en juego las causas y consecuencias de la corrupción o de la violencia política, sino qué argumento gana más.
El oficialismo pretende escribir una novela poco original de moralización tardía, un relato destinado a imponer otro en su reemplazo: polarizar. Una estrategia maniqueísta oportuna y pura, una perinola en la que solo ganan ellos y pierde el resto.
El gran problema de este tipo de estrategias discursivas es que el hiato (vocal acentuada en el diptongo) es en el triptongo un tercero excluido que rompe la silaba y deja afuera a la sociedad. Es como una narrativa solo para escritores, con críticas sobre el análisis sintáctico lógico, sincrónico y diacrónico, lejos del gusto y divertimento de un lector y más cerca del trono de los dioses.
Precisamente, así como el actual gobierno fue el resultado de una elección donde se impuso como única salida al Kirchnerismo, su continuidad depende del mismo relato ya que no pudo ostentar ni consolidar su proyecto conservador.
Duran Barba, un fiel adalid de su principal cliente, no duda en la manipulación de datos históricos, en exacerbar los ánimos caldeados hasta un punto, que puede ser no retorno.
Para un admirador de hitler y de goebbels, contar con el apoyo del oficialismo de la colectividad judía es un gran aval, tiene a su rabino personal, los Secretarios de Estado Bergman y Wolf, al presidente de la Corte Suprema, el saliente presidente de la Amia Zbar, todo un grupo que también tiene su tercero excluido en todo el judaísmo argentino.
Este discurso que impone un protocolo antisemita en la ultraizquierda y en la ultraderecha, tiene una finalidad muy banal, continuar gobernando para generar un clima de negocios con sus consultoras más afines a través de los fondos estatales y repartir contratos y cargos rentados a sus acólitos. En efecto, el fin es como en una mala película de acción, dinero, negocios y traslación de recursos.
Al personificar a la figura del mal al anterior gobierno, lo cierto es que no se trata ni de Chaves, Maduro, Correa, Morales o los gobiernos autoritarios de El Salvador o Nicaragua, sino a la defensa de un larvario estado de bienestar, representado por: medicina social, jubilación pública y derechos para minorías y pueblos considerados originarios, educación universitaria libre y gratuita, en definitiva, al principio de la igualdad de oportunidades.
Ese el verdadero objetivo y, para lograrlo el Asesor es capaz de exacerbar cualquier modelo, entre el que no descarta el antisemitismo, antagonismo o cualquier tipo de “ismo”, al que admira.
[i] Profesor titular de Introducción al Derecho de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, Profesor Adjunto de Filosofía del Derecho de la Universidad del Buenos Aires, Doctorando en Derecho (UBA), Doctorando en Derecho del Trabajo en la UNTREF y Maestrando en Epistemología e Historia de la Ciencia en la UNTREF
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