Para recordar a Jean Jacques Rousseau

Por:
- - Visto 423 veces

La estancia de un afiebrado residente en la Casa Blanca me conduce a esbozar   breves referencias a una figura que aún hoy irrita a clérigos, ideólogos y políticos. Apunto a Jean Jacques Rousseau quien, más allá de las caprichosas peripecias que marcaron su vida – cambiante identidad religiosa, volubles amantes y cinco hijos que abandonó sin amor alguno – atinó a enhebrar reflexiones sistemáticas en torno al origen de la desigualdad social, las virtudes del naciente sistema democrático en Francia, y la intrínseca tendencia de todo régimen político a corromperse cuando la sociedad civil revela pasividad o indiferencia. Tema que no ha perdido actualidad.

Nació en la Ginebra calvinista en 1712.  La música y los misterios entonces apenas descifrables de la relojería formaron parte de la convivencia familiar. Después de una difícil adolescencia al faltarle el apoyo de una madre durante su infancia, Rousseau conoció temprano tanto los caprichos de maduras amantes como el paisaje social de ciudades francesas e italianas modeladas por una Edad Media que a la sazón agonizaba. Se le considera con justicia el primer intelectual, es decir, una figura que acertó a desprenderse de los cánones tradicionales, alejándose radicalmente de cualquier Iglesia o tradición santificada para aventurarse a diagnosticar los males de su entorno con propias e independientes reflexiones.

La figura de Prometeo, figura que arrebató el fuego celestial para traerlo a la tierra, modeló su pensamiento. De él y con él Rousseau predicó el derecho a censurar el orden establecido, la posibilidad de re-crearlo conforme a nuevos y más justos principios, y la necesidad de frenar y disciplinar impulsos autoritarios que se encuentran sin frenos en líderes y sociedades entonces y hoy.


Rousseau se anticipó así  al moderno intelectual que, cuando es genuino, no depende de los ordenamientos de algún pontífice, monarca o político. Es celoso de su autonomía, y su principal ambición es sugerir  nuevos rumbos a la humana especie.

Esta postura se manifiesta en las múltiples páginas que Jean Jacques escribió como colaborador de la celebrada Enciclopedia dirigida por Diderot y D´ Alembert, textos que fueron impulso y fundamento de la Revolución francesa. Por añadidura, le preocupó encontrar y sugerir nuevas pautas pegagógicas. Hoy, no pocos programas educativos se sustentan en su Emile, que publicó en 1792. Contiene páginas que glorifican a la Naturaleza y al limpio aire alejado de la urbe, amén de los beneficios que el ejercicio corporal concede a quienes lo cultivan. Sostiene que el  hombre nace puro, virginal, sin antecedentes malignos o perversos; pero el obligado ingreso a la vida social le conduce a competir sin escrúpulos, a odiar y matar sin piedad, y así distorsiona y desintegra su original  semblante.

Ideas que amplía en El contrato social que vio la luz en 1762. Le guiaba el propósito de salvarguardar los derechos del individuo respecto a un Estado que pretende diluirlos a fin de asegurar la ciega obediencia. Enhebra planteamientos que pusieron en jaque al absolutismo monárquico que se afanaba en sustentar su legimidad en alguna instancia divina. Postura que habrá de acelerar en su momento el brote y el perfil de la Revolución francesa, magno episodio que edificará las bases de la democracia como sistema social opuesto a la esclavitud y a la servidumbre.

En paralelo, Rousseau identificó las circunstancias que acentúan la injusta desigualdad entre los hombres. La propiedad privada, la especulación financiera, la competencia desenfrenada de individuos y empresas:  factores que estarían engendrando un nuevo sistema – el capitalista – que multiplicará, a su parecer,  los conflictos y el enajenamiento social.

Y sin abandonar estas innovadoras nociones, Jean Jacques relató en las Confesiones – escrito que inicia la autobiografía como género literario – su trayecto vital, desde su temprana infancia protegido por la tía materna hasta sus aventuras eróticas con mujeres ávidas de placer y diversión. Relatos que hilvana como una franca auto-confesión.

No debe sorprender que, al perfilarse la Revolución de 1789, la Convención Nacional dominante ordenara que sus cenizas fueran depositadas en el Panteón nacional. Y en este marco y momento sus líderes declararon:  ” Es a Rousseau a quien debemos sustantivas reformas y avances que han transformado nuestra moral, las costumbres y las leyes, nuestros sentimientos y hábitos…”

Sin embargo, como a menudo se comprueba, la conducta personal de Rousseau no se ajustó infaliblemente  a los principios postulados en sus escritos. La única mujer  que amó en su vida – Sofía d´Houdedot –  habrá de confesar hacia el final de su vida: ” Era suficientemente feo como para atemorizarme, y el amor no lo hizo un ser atractivo. Pero fue una inquieta figura que traté con amabilidad. Fue – en suma – un loco encantador…”

Acerca de Joseph Hodara

Invitado por la UNAM llegué a México desde Israel en 1968 para dictar clases en la entonces Escuela de Ciencias Políticas y Sociales ( hoy Facultad). Un año después me integré a la CEPAL con sede en México para consagrarme al estudio y orientación de asuntos latinoamericanos. En 1980 retorné a Israel para insertarme en las universidades Tel Aviv y Bar Ilán. En paralelo trabajé para la UNESCO en temas vinculados con el desarrollo científico y tecnológico de América Latina, y laboré como corresponsal de El Universal de México. En los años noventa laboré como investigador asociado en el Colegio de México. Para más amplia y actualizada información consultar Google y Wikipedia.

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: