“¡Cobarde, afronta el juicio!”, reclamaron decenas de israelíes hoy, el día en que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, debía presentarse en la Corte acusado de corrupción en una audiencia (vista) que fue nuevamente aplazada por el actual confinamiento.
Los manifestantes acudieron con antorchas frente a la residencia del jefe de Gobierno en Jerusalén, donde intervino la Policía que además acordonó la Corte de Distrito de la capital israelí, en el lugar en el que hoy debía estar Netanyahu.
La audiencia quedó aplazada este mes por segunda vez “de forma indefinida” por las actuales restricciones del coronavirus y para evitar aglomeraciones, ya que esperaban para hoy una gran concentración de gente, incluyendo periodistas y manifestantes, argumentaron los jueces.
Hasta ahora Netanyahu solo ha tenido que asistir a la apertura del juicio, el pasado mes de mayo, para escuchar formalmente los cargos que se le imputan: cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos separados de corrupción.
La sesión prevista para diciembre, de la fase probatoria, quedó aplazada a este 13 de enero, y el cierre forzó a una nueva demora por lo que se retrasa la fase de testigos en la que el primer ministro está obligado a acudir a la Corte tres veces por semana.
Miles de manifestantes se siguen congregando cada sábado desde hace meses frente a la residencia oficial de Netanyahu y en puentes e intersecciones de todo el país para pedir su dimisión.
Netanyahu es el primer jefe de Gobierno en la historia de Israel que es procesado estando en activo. Por el delito de cohecho, puede ser condenado hasta con diez años de prisión, y los de fraude y abuso de confianza están penados con hasta tres años de cárcel.
El primer ministro, que niega todos los cargos, ha acusado a medios de comunicación, fiscales e inspectores policiales de orquestar un complot para derrocarlo.
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