Para muchos investigadores de las áreas psicológicas y sociales, la “autoestima” es un factor importante a considerar en la vida de las personas tanto en lo general como en lo particular….
Se ha definido a la autoestima de una persona, como la consideración que ella tiene hacia sí misma, y para muchos de los investigadores es el ingrediente que proporciona dignidad a la existencia humana.
La autoestima, se desarrolla a partir de la interacción humana, dado que es a través de ella, que las personas se consideran importantes una para las otras.
Abraham Maslow, representante de la psicología humanista desarrolla una jerarquía de necesidades y en la cual señala que existen dos tipos de necesidades de estima: la propia y aquella que proviene de las otras personas. Necesidades para él, que se ubican arriba de las necesidades fisiológicas, las de seguridad personal, del amor y de pertenencia.
Otros investigadores señalan que la autoestima está integrada tanto por factores externos como internos. Los externos se transmiten mediante mensajes y experiencias verbales o no verbales dadas por padres, maestros o personas significativas. Las internas son creadas por la persona, son sus ideas, creencias, prácticas y conductas.
Una persona tiene la posibilidad y capacidad para establecer su propia identidad y darse un valor, y a esta valoración, se la conoce como autoestima.
Un ser humano, con una adecuada autoestima, está en la posibilidad de aceptar críticas, pedir ayuda, abrirse a los otros, sentir que el vivir es gratificante y está, por ello, en la posibilidad de prevenir procesos depresivos.
La autoestima, se refiere a su vez a la autoimagen y refleja confianza y satisfacción de sí mismo.
Otros autores, señalan que la autoestima es el valor del yo y muchos la definen como un proceso dinámico y multidimensional que se va construyendo a lo largo de la vida y en el cual se involucra lo social, físico, emocional y cognitiva de la persona.
La autoestima es una actitud que contempla el pensar, actuar, amar y sentir de las personas para consigo mismas.
Desde lo cognitivo integra a las ideas, opiniones, creencias, percepciones y procesamientos sobre sí mismo/a. Más, desde lo afectivo incluye la valoración tanto positiva o negativa en relación a ella misma. A su vez posee un componente conductual, el que implica la intención y decisión de actuar o no un comportamiento consecuente y coherente.
Un investigador, Gastón de Mézerville señala que:
“La autoestima es la percepción valorativa y confiada de sí misma, que motiva a la persona a manejarse con propiedad, manifestarse con autonomía y proyectarse satisfactoriamente en la vida”.
El desarrollar una adecuada y funcional autoestima es importante para un adecuado desarrollo personal y familiar.
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