Esther Raab nació en el año 1894 en Palestina, sería la primera poeta ‘sabra’, murió en Israel en 1981 y llegó a ser una figura muy importante en la literatura hebrea que renacía. Recuerda “ver cada palabra como nueva y brillante con una riqueza de colores como alas de pájaros.” En su trabajo de enriquecimiento y modernización del idioma y su literatura se encuentra toda esa riqueza, oscilaba con libertad y seguridad entre lo cómico y lo personal. En su poesía combina la verdad de lo sensual con limites cuidadosos, sus fuentes de inspiración son: la biblia y la naturaleza. Señala con fidelidad los textos originales y lo sublime sin cesar. La voz principal es su devoción desesperada a la firmeza de la tierra, representada por hierbas que muestran la condición judía en los principios del Estado de Israel.
En 1969 publicó el poema:
Canción de Mujer
Bendito es El que me hizo mujer
Que soy tierra y Adán
Una costilla tierna
Bendito es El que me hizo
Circulo sobre circulo
Como las orbitas de planetas
Y esferas que florecen
Que me dio carne viva
Que florece
Y me hizo como una planta en el campo
Que da fruto
Así se deshace tu nube
Suave como la seda
Sobre mi cara y muslos
Y he crecido
Y quiero ser moza
Llorando de pena
Y riendo y cantando en voz alta
Más delgada que delgada
Como el grillo más pequeño
En el coro sublime
De tus querubines
Más pequeña que los pequeños
Juego
A tus pies
Mi Creador.
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Otra poeta que investiga la identidad y la femineidad en el verso midrashico es Rivka Miriam, nacida en Jerusalén en 1952, hija de un conocido escritor en idish, L, Rochman, recibió el nombre de su abuela y tía asesinadas en el Holocausto. Publico su primer libro de poesía a los 14 años. escribió 13 libros de poesía, 2 de historias cortas y 2 más para niños.
Su poesía parece sencilla, el idioma es claro, pero contiene mundos diferentes, desde textos bíblicos, litúrgicos hasta cotidianos. En su poema “En el principio” empieza con la primera línea del Génesis y vierte la narración a ‘lo que realmente no es’, una expresión del Zohar –libro de la kabalah- de lo que no es, una manera de aludir al aspecto vacío de lo divino místico. Alude a lo que nunca puede ser totalmente comprehendido y que nunca es tangible para quien no cree.
En el Principio
En el principio Dios creó
Los cielos que en realidad no son
Y la tierra que quiere tocarlos
En el principio Dios creó
Hilos tendidos entre ellos
Entre los cielos que realmente no son
Y la tierra gritando
Y al hombre lo creó
El hombre que es una oración y un hilo
Toca lo que no es
Con un movimiento de suavidad y luz.
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Zelda Schneurson Mishkivsky, conocida como Zelda, simplemente, nació en Rusia, en el ámbito de una familia ortodoxa, jasidim de Jabad, en 1914, murió premiada y famosa en 1984. Empezó a escribir en los años ‘30 y publico su primer libro en los 40. Un libro con imágenes emotivas sorprendentes y especulativas tomadas del mundo místico del jasidismo, de las fabulas y el folklor ruso. pronto se estableció como poeta importante, tanto entre el público religioso como entre el público laico. Se sumerge en el Pentateuco, especialmente en los Salmos. Pero, un lector atento descubre imágenes que parecen tener otro origen, en particular de la naturaleza como la rosa que de religiosa se convierte en símbolo de cosas obtenible y no obtenibles. Para alcanzar algo el hombre debe cruzar ‘‘un mar de fuego”. La experiencia mística de unión entre el ser humano y la naturaleza está en el centro de muchos de sus poemas.
El Candelabro de Plata
El candelabro de plata, el brillo de la herencia
Convirtió mi cuarto en un castillo antiguo
Un castillo celestial, una habitación sublime en una nada con estrellas
Los candelabros de plata son canciones de gloria
Coronas marcadas por lagrimas
Que alegran el corazón
Con sus grabados
Iluminan la oscuridad
Con restos de rosas bordadas
Son señales de grandeza sensitiva que absorbieron dolor amargo
Un desenraizar lacrimoso
La voz de elogio y esperanza
Me parecen flores de plata
Flores de plata antiguas
Cuyos cálices tienen la luz de la paz
La alegría de los bebés
Y una vela de bendición para el Eterno.
Sus llamas vivas
Besaron mi alma
Y mis pensamientos se hicieron un rio de flores de color rosa
Se volvieron flores de los bosques salvajes
Se volvieron rayos
Y toda yo soy un ser en llamas
Libre, feliz en Dios
Y me he despojado de restos de convenciones
Y otra vez mi corazón es amplio como cascada blanca
Donde está el atractivo que imagino en la diadema inmóvil
Que figuro ornamentos alegres y temblorosos
Para el shabat
Puso en metal añoranzas de santidad antigua
Su deseo por un Dios vivo.
Guardaré en mi mano
Estas ramas de plata
Son una oración, una confesión
Lo buscare, expiaré
Porque he olvidado que es un creciente silencioso
Que su nombre está enterrado
Su recuerdo
Fue borrado por la tormenta
Solo una lagrima esta tibia todavía
Y de mi ojo se derrama
De noche, este atardecer
Con el temblor de las velas.
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Yocheved Bat Miriam ( Zheleniak) nació en Bielorusia en 1901; a los 17 años adopto el nombre Bat Miriam identificándose con su madre y la profetiza bíblica. Emigro a Palestina en los años ‘20 y tuvo que enfrentar realidades que le eran simultáneamente atractivas e inescrutablemente extrañas, lo expresa en su poema entre la arena y el sol. Una colección de poemas publicada al final de los ’30. En los ’40 publico un libro con seis personajes bíblicos contando sus historias y sus luchas, como luchaba ella por encontrar autosatisfacción y valor a pesar de las limitaciones inherentes en su relación con el sexo opuesto, Dios, la mortalidad y la realidad como un todo. Fue una de las grandes poetas contemporánea y recibió premios literarios como Bialik, en ’64 e Israel, en 72.
En 48, en la guerra de Independencia de Israel, murió su hijo Zuzik y Bat Miriam dejo de escribir, murió en 1980.
Los finales de los cielos sublimes
Se reflejan en mis ojos
En sujeción alerta
Como una lagrima pura
Y junto con las sombras de los arboles
Transparente y meditabunda
Como imágenes en un sueño
Un puente de misterios esplendorosos
Como tejido entre nosotros
Por añoranzas ocultas
Como hilos azules delgados
Esto he dicho
Y sola
Añorando y esperando
Por ti espero.
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Yona Wallach fue una figura central en la poesía feminista, nació en 1944 y murió de cáncer en 1985, pertenece a esa clase rara de escritores que elaboran la tarea para las generaciones literarias futuras retando los límites, cuestionando la sexualidad y examinando las nuevas dimensiones del idioma y el amor en las expresiones y los sentimientos. Revoluciono la poesía atreviéndose a presentar figuras provocativas y francas sexualmente, sin evasivas, se convirtió en una leyenda cultural sumergida en alusiones bíblicas, mitológicas, cuentos de hadas e imaginación cabalística. Uno de sus poemas, Tefilim –Filacterias-, publicado en 1977 la puso en el centro de la controversia publica que aun continua, por atreverse a asociar uno de los objetos santificados del ritual masculino con su imaginación sexual sin disimulo y francamente feminista de manera dramática y fascinante,
Este es el principio del poema.
Filacterias
Ven a mi
No me dejes hacer cosa alguna
Tu hazlo por mi
Me pondré filacterias
Rezaré
Tu ponte filacterias también por mi
Envuélvelas en mis manos
Juega con ellas en mi
Muévelas suavemente sobre mi cuerpo
Frótalas fuerte en mi
Estimúlame por todas partes
Hazme estremecer con esas sensaciones
…….
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Con la libertad de ser libre, diría Hanna Arendt, estas poetas participaron brillantemente en el renacimiento de una nación, de un pueblo, de un idioma entre lágrimas, alegría y la poesía femenina y feminista.
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