Respuesta de destacado periodista jordano a los llamados a cancelar el Tratado de Paz Jordania-Israel

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El 19 de agosto, 2019 la Cámara de Representantes de Jordania, siendo esta la cámara baja del parlamento jordano, celebró una sesión especial urgente con el propósito de discutir la situación en Jerusalén. La sesión concluyó con una serie de recomendaciones, que incluyeron expulsar al embajador israelí de Ammán, llamar de vuelta al embajador jordano en Israel, detener todas las formas de normalización de relaciones con Israel y reexaminar el Tratado de Paz Jordania-Israel de 1994. El presidente de la Cámara de Representantes ‘Atef Al-Tarawneh, quien dirigió la sesión, pidió al gobierno jordano que al gobierno israelí le sea aclarado que el tratado de paz se encontraba en peligro y también convocó a una conferencia de la Unión Interparlamentaria Árabe en Jordania para discutir las violaciones israelíes al estatus quo.[1]

Estas recomendaciones reflejan la ira en Jordania en las últimas semanas sobre la política de Israel en relación al tema de Al-Aqsa; la ira alcanzó su punto más álgido en el contexto de los enfrentamientos allí durante la festividad musulmana de Eid Al-Adha que este año coincidió con el día del ayuno judío de Tisha B’Av, celebrado del 10-11 de agosto y particularmente debido a las declaraciones del ministro de Seguridad Pública israelí Gilad Erdan de que a los judíos se les debería permitir rezar en el Monte del Templo. A los no-musulmanes no se les ha permitido orar allí como parte de un acuerdo que ha estado vigente desde la Guerra de 1967. Elementos oficiales jordanos, encabezados por la cancillería se apresuraron a condenar las declaraciones del Ministro Erdan, las cuales fueron percibidas como un intento por parte de Israel de cambiar el estatus quo en la zona y advirtieron sobre las «graves consecuencias» que pudieran resultar al hacerlo.[2]

Además, existe el temor en Jordania y no es la primera vez, de que las declaraciones hechas por el Ministro Erdan reflejan un intento por parte de Israel de interferir sobre la custodia que ejerce Jordania sobre la Mezquita Al-Aqsa y los lugares sagrados musulmanes y cristianos y tal vez incluso el de reemplazar a Jordania con otro país árabe – notablemente Arabia Saudita – como custodio de los lugares sagrados, bajo el Acuerdo del Siglo del Presidente Trump.[3]


La cancillería de Israel se apresuró, en un intento por calmar la ira de los jordanos, en renunciar ser parte de las declaraciones del Ministro Erdan, haciendo hincapié en el reconocimiento de Israel al papel especial que ejerce Jordania respecto a los lugares sagrados en Jerusalén. Jordania, aparentemente poco convencido por la declaración, llamó de vuelta al embajador israelí en Jordania para ser amonestado y hacerle ver sus objeciones a las violaciones por parte de Israel en la Mezquita Al-Aqsa.[4] La sesión parlamentaria especial mencionada tuvo lugar dos días después. El canciller jordano Ayman Safadi, dijo en la sesión que Jerusalén es un punto de no-retorno para Jordania y advirtió que las acciones israelíes pudieran aumentar las tensiones e incluso desencadenar una disputa que amenazara la paz y la seguridad del planeta. Este agregó que el gobierno le aclaró al embajador israelí que «Al-Aqsa y el recinto que lo rodea, los 144 dunam, son santuario y lugar de rezos solo para los musulmanes…»[5]

La ira y preocupación en Jordania fue expresada en numerosos editoriales y columnas en la prensa jordana. Estos artículos subrayaron la severidad de las declaraciones del Ministro Erdan y el temor de que reflejen aspiraciones israelíes de eliminar la custodia de Jordania en Jerusalén. Estos pidieron al gobierno jordano que tome medidas prácticas contra Israel y que utilice las diferentes opciones que posee, entre ellas el amenazar cancelar la cooperación conjunta de seguridad Jordania-Israel e incluso cancelar el tratado de paz en su totalidad. Un editorial escrito en el diario Al-Dustour advirtió a Israel que «jugar con fuego tendrá graves consecuencias» y que, en lo que respecta a Jordania, «todas las opciones están abiertas por el bien de Jerusalén». Otro escritor expresó temor de que otros países árabes colaborarán con Israel y los Estados Unidos en el intento de transferirles a ellos la responsabilidad del complejo Al-Aqsa.[6]

En medio de las crecientes tensiones con Israel, un artículo escrito por el periodista jordano Fahed Al-Khitan, quien es cercano a la institución jordanas se destacó. En este, Al-Khitan instó a rechazar los llamados a cancelar el tratado de paz y aclaró que el hacerlo pudiera tener repercusiones negativas involuntarias, incluso para Jordania. Este señaló que cancelar el tratado también cancelaría el reconocimiento a la custodia de Jordania de los lugares sagrados musulmanes en Jerusalén, siendo esta parte del tratado. También se quejó de que Jordania batallaba casi solo en su lucha contra Israel en todo lo relacionado a los eventos en Jerusalén, ante el silencio y la impotencia del mundo árabe respecto a este tema y el apoyo de los Estados Unidos a Israel. Este agregó que si bien los jordanos pueden ver a Israel como enemigo y ocupante, «la diplomacia tiene sus propias reglas» y «quienes establecen la política jordana deben proceder con máxima precaución» en todo lo relacionado a su compleja relación con Israel.

Esta no es la primera vez que Al-Khitan advierte sobre la idea de cancelar el tratado de paz Jordania-Israel. A finales del año 2017, luego del reconocimiento hecho por el Presidente estadounidense Donald Trump de Jerusalén como la capital de Israel, se escucharon llamados similares en Jordania, incluso en su parlamento. En respuesta a esto, Al-Khitan pidió en un artículo ser cuidadosamente considerados en este asunto y desaconsejó apresurar la cancelación del tratado.[7]

Fahed Al-Khitan (fuente: Khaberni.com)

Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Al-Khitan:[8]

Jordania debe ser muy cautelosa en sus complejas relaciones con Israel

«Jordania está utilizando todas las herramientas disponibles [para ello], teniendo en cuenta la realidad diplomática y política árabe e internacional actual, a fin de frenar la agresión sionista en Jerusalén y sobre el complejo Al-Aqsa. La plaza árabe no está oculta ante la vista de los jordanos, los palestinos y los ciudadanos árabes y [ellos lo saben muy bien], con la excepción de las inquebrantables posturas jordanas sobre lo que está sucediendo en Jerusalén, ningún régimen árabe dice nada al respecto, ni siquiera por cortesía diplomática. A nivel internacional, la Unión Europea es la única fuerza con la que Jordania puede coordinar y contar para apoyar las legítimas resoluciones internacionales. Estábamos acostumbrados a [ver] que la administración estadounidense frenara la escalada israelí cada vez que este cruce la línea divisoria, pero ahora [esta administración] está del otro lado de la cerca, defendiendo la política agresiva del gobierno de Netanyahu y superando verdaderamente a la derecha israelí en su política hostil hacia los palestinos.

«Por estas razones, aquellos responsables de tomar las decisiones y los círculos influyentes en Jordania deben proceder con máxima precaución en cada paso que den sobre las complejas relaciones con Israel. Jordania siempre enfatiza que Jerusalén junto a los lugares sagrados y los principios de una solución justa al tema palestino – todos estos y solo estos, son puntos de no-retorno que no deben ser cruzados. [Jordania] nunca dijo que el tratado de paz con Israel también se encuentra en esta lista [de líneas rojas]… [pero] debe tenerse en cuenta que… la custodia hachemita sobre los lugares sagrados islámicos y cristianos en Jerusalén y el papel jordano sobre su administración, están legalmente anclados en una cláusula de [este] tratado de paz. Así las cosas, si el tratado es cancelado, esta cláusula – al igual que las posturas internacionales [que reconocen el papel de Jordania en Jerusalén], que se basan en este – quedarán también nulas y sin efecto alguno.

«Eso no sería un problema si los países árabes e islámicos tuviesen otra forma de proteger los lugares sagrados de ser judaizados y preservar el estatus quo hasta el establecimiento de un estado palestino independiente que recibiría la soberanía sobre estos lugares sagrados». Hasta el momento, ningún país árabe o islámico ha presentado una alternativa al papel jordano, por lo que todos ellos apoyan este estatus quo.

«A nivel popular, el tratado [de paz] no anula la narrativa jordana que permanece sin cambios en nuestra conciencia, cuya esencia es que Israel es un enemigo que ocupa tierras árabes en Palestina y en el Golán, que hubo décadas de lucha entre nosotros y que nunca perdonaremos a [Israel] por [su] crueldad, agresión y barbarie que han hecho perder la vida de nuestros mártires. Pero la diplomacia tiene sus propias reglas, que los países siguen de acuerdo a sus intereses supremos y de manera que garanticen la defensa de los derechos y principios.

«En crisis anteriores sobre el complejo Al-Aqsa y los otros lugares sagrados en Jerusalén, que han sido muchos, Jordania siempre tuvo éxito, mediante sus herramientas políticas y diplomáticas y su red de relaciones internacionales, en resolver los problemas y restaurar el estatus quo y en detener la agresión contra los lugares sagrados…

«Jordania ha llorado por sí mismo instando a los árabes a ayudar a los palestinos de todas las formas posibles a fin de lograr [los objetivos de] otorgarles el control de su tierra y apoyar su firmeza, porque ese es el método probado de oponerse a la política sionista de judaización y construcción de asentamientos. El problema de la nación [musulmana] no radica en la falta de opciones disponibles [para la toma de acciones respecto a Jerusalén], sino en [su] capacidad de implementar estas opciones. En medio de esta impotencia, no hagan de Jordania la [única] opción [para defender a Al-Aqsa] y la [única] alternativa [disponible a] la nación».


[1] Al-Rai (Jordania), 20 de agosto, 2019.

[2] Al-Ghad (Jordania), 14 de agosto, 2019.

[3] Según varios informes, los Estados Unidos se esfuerzan, según el Acuerdo del Siglo, en involucrar a otros países árabes, incluyendo a Arabia Saudita y Marruecos, en la responsabilidad de los lugares sagrados musulmanes y cristianos en Jerusalén. Jordania, por su parte, se opone a esto, porque considera que esto fortalece la presencia saudita en Jerusalén a expensas de la custodia del Reino Hachemita de los lugares sagrados allí, lo cual se encuentra anclado en el tratado de paz Jordania-Israel y también en un acuerdo Autoridad Palestina-Jordania firmado en el año 2013. Véase la serie de MEMRI Investigación y Análisis No. 1448 – Preocupación en Jordania sobre el ‘Acuerdo del Siglo’ y el posible daño al estatus especial de Jordania en Jerusalén, 8 de abril, 2019.

[4] Al-Quds Al-Arab (Londres), 19 de agosto, 2019.

[5] Al-Rai (Jordania), 20 de agosto, 2019.

[6] Al-Dustour (Jordania), 17, 18 y 20 de agosto, 2019; Al-Gad (Jordania), 17 y 20 de agosto, 2019; Al-Rai (Jordania), 20 de agosto, 2019.

[7] Véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 7251 – Importantes columnistas jordanos advierten contra la cancelación del Tratado de Paz Jordania-Israel, 27 de diciembre, 2017.

[8] Al-Ghad (Jordania), 20 de agosto, 2019E

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