Nos narra la Guemará:
Había una persona que debía subir a un barco y justamente antes de abordar se rompió un pie. Debido a su fuerte dolor, ya no pudo abordar y el barco partió.
Entonces, este hombre empezó a gritar, a hacer corajes y a maldecir a todo el que se le ponía enfrente. Todo porque él tenía que subir a ese barco.
Después de algunas horas, se enteró de que el barco se hundió y todos murieron en el mar. Al escuchar esto, empezó a cantar y a alegrarse de no haberlo abordado.
¡También esto es para bien!
Para recibir reflexiones, manda mail a:
[email protected]