Zakynthos, “la isla de los Justos”

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Zakynthos, también conocida como Zante, es una isla del Mar Jónico perteneciente a Grecia, de poco más de 400 kilómetros cuadrados. El dato es simplemente geográfico, pero lo que hace a punto del mundo llamativo y que lo hizo trascender en la historia fue el gesto o la obra de valentía del obispo Demetriou Chrysostomos y del alcalde Loukás Karrer.

Según las crónicas del momento, el 6 de abril de 1941 la Wehrmacht, el ejercito de la Alemania nazi inició la invasión de Grecia con la colaboración de las fuerzas armadas de Bulgaria e Italia, país este último que desde 1912 dominaba el Dodecaneso, uno de los archipiélagos del mar Egeo, y que a partir de la rendición de Grecia pasó a tener a su cargo dos tercios del territorio griego, mientras que Bulgaria se anexo casi todo el noroeste y los alemanes dominaron Atenas, Salónica, el centro de Macedonia, Creta, la parte fronteriza con Turquía y el resto de las islas del Egeo.

Cuando las tropas aliadas dominaron casi toda Italia, y el ejército italiano se rindió, en septiembre de 1943, el territorio que ocuparon en Grecia pasó a ser gobernado por los nazis quienes a partir de ese momento incrementaron las deportaciones de las poblaciones judías hacia los campos de exterminio, donde perecieron uno 60.000 judíos de los 75.000 que se calcula vivían en Grecia antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial.


En la primavera de 1944, el comandante germano Alfred Lüt había llamado al alcalde, Loukás Karrer, para que elaborase una lista con las identidades y direcciones de todos los miembros de la comunidad hebrea, de manera que cuando desembarcasen sus hombres pudieran arrestarlos sin demorarse demasiado. Pero éste acudió al obispo, que decidió hacer de mediador (hablaba alemán al haber estudiado en Munich) y pedir que se suspendiese esa orden.

De poco sirvió la explicación del líder religioso, ya que los alemanes insistían con la lista de las  275 personas que conformaban la comunidad judía para deportarlos a Auschwitz y/o Treblinka. Frente a esta situación,  Demetriou Chrysostomos, siguiendo las directivas del arzobispo Damaskinos, le aconsejo al alcalde resistir y en lugar de dar la nómina entregaron a los nazis un sobre cerrado en cuyo interior figuraban los nombres de ambos.

Cuando el oficial alemán les reclamó, le contestaron que ellos acompañarían a los judíos si eran deportados, lo que sorprendió al alemán, que decidió consultar a sus superiores en Berlín.

Mientras tanto Chrysostomos y Karrer, le informaron lo que ocurría al líder de la comunidad judía Moisés Ganis, y coordinaron como poner a salvo a la población judía, indicándoles que de inmediato debían abandonar sus casas, con pertenencias mínimas, y refugiarse en el interior de la isla, en las casas de vecinos cristianos de las aldeas.

Así lo hicieron, y con la colaboración de toda la población cristiana de la isla, que no los delato durante los  meses restantes que duró la ocupación nazi, pues se retiraron de Zakynthos a principios de octubre de 1944, se salvó a la totalidad de los judíos que vivían en la isla.

Concluida la Segunda Guerra Mundial y restablecida Grecia como país independiente, muchos de los judíos se trasladaron a Atenas, y luego del establecimiento del Estado de Israel, se radicaron en el Estado Judío, quedando en Zakynthos menos de 50 judíos.

El 12 de agosto de 1953 un terremoto, seguido de un gran incendio destruyó por completo el barrio judío de Zakynthos, la judería, no quedando a partir de las semanas siguientes casi ningún judío en la isla.

El terremoto y el incendio destruyeron las dos sinagogas, quedando de una de ellas tan solo el portal de entrada y parte de un patio interior, donde la Junta de Comunidades Judías de Grecia, en 1992, erigió dos monumentos de mármol en homenaje a Demetriou Chrysostomos y Loukás Karrer

Demetriou Chrysostomos y Loukás Karrer  fueron distinguidos en 1978 con el título de “Justos de las Naciones” que Yad VaShem, el centro de recordación del Holocausto en Israel, otorga a los no judíos que durante la Shoá salvaron judíos poniendo en peligro sus vidas.

La valiente actitud del arzobispo de Atenas, Damaskinos (1889-1949), que se enfrentó a las autoridades alemanas ordenando al clero de su metrópolis proteger a la comunidad judía a la vez que hizo confeccionar certificados de bautismo falsos para ellos, logrando que otros prelados hicieran lo mismo, lo que permitió la salvación de una cantidad respetable de judíos. Cuando los nazis se retiraron de Grecia en octubre de 1944, Damaskinos fue el regente del país hasta el restablecimiento de la monarquía en 1946, y Yad VaShem también lo honró como Justo de las Naciones.

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