Las armas letales de nuestros enemigos

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A fines de la década de 1950 y comienzos de la década siguiente hubo en Uruguay una ola de ataques antisemitas. En los barrios con importante población judía de Montevideo, tajeaban la cara de las empleadas domésticas que trabajaban en casas de judíos. Las jovencitas judías en la noche tenían que andar acompañadas, especialmente las que salían de instituciones juveniles judías.

Eso motivó que un conocido profesor de artes marciales, en secreto porque el factor sorpresa era también importante, diera clases de yudo y defensa personal a quienes en esa época éramos “bogrim” (entre 16 y 19 años) de esas instituciones.

Recuerdo que la primera base que se nos explicó era que en el yudo lo fundamental es utilizar la fuerza del contrario, y no hacer ver las debilidades propias.


Usar la fuerza del contrario es la ciencia fundamental en el yudo, pero esconder nuestras debilidades está en el ABC de todo lo que hagamos en nuestras vidas, con la única excepción de contárselas a un psicólogo o psicoanalista cuando es necesario.

Estamos en guerra, a partir del 8 de octubre pasado una guerra declarada, oficial, contra el Hamas y demás organizaciones terroristas de Gaza, pero además una guerra real y antigua contra muchos otros enemigos, que no puede ser declarada oficialmente pero que es mayor en volumen que luchar contra cincuenta o cien mil terroristas rodeados por nuestro ejército dentro de Gaza. Nos referimos a Hizbollah, hutíes, otros tentáculos del terrorismo de Irán, y en forma más indirecta el antisemitismo de muchos otros países (sus pueblos y/o gobiernos).

Si analizamos el armamento que utiliza nuestro enemigo en este conflicto, veremos:

  • Armas clásicas, en parte “caseras” o “artesanales”, lo que no las hace menos mortíferas. Hablamos de fusiles, metralletas, pistolas, bazookas, explosivos de diversas formas y volumen, y proyectiles de distancia.
  • Gracias a la generosidad del gobierno iraní, aparecen también proyectiles de distancia más perfectos, más sofisticados, más certeros y peligrosos, como también los drones, tanto voladores como marinos, pero muy efectivos al explotar en tierras israelíes.
  • Pero las armas más mortíferas, las que más daño nos hacen y que nuestro gobierno aún no ha aprendido a contrarrestar, son las que nos enseñaron cuando teníamos dieciseis años y ninguna posibilidad de andar armados: usar las fuerzas del contrario y esconder nuestras debilidades.

Podremos ganar batallas militarmente, pero nos están ganando la guerra porque explotan al máximo nuestras fuerzas y nuestras debilidades.

Explotan nuestras fuerzas físicas porque cuanto más lucha nuestro ejército, más de nuestros soldados mueren.
Explotan nuestras fuerzas morales reteniendo a los rehenes, vivos o muertos, porque saben el valor que damos nosotros a la vida y a los cuerpos de los caídos, mientras ellos le dan valor CERO.
Explotan nuestras debilidades. Se ríen de nosotros y de nuestros códigos éticos y morales, y esperan, porque saben que esperando nos verán caer, y ellos no tienen apuro, esperan. Exigen de nosotros la liberación de miles de asesinos porque saben que por nuestros valores morales diremos que sí.

Mientras tanto nosotros hacemos público ante el mundo todas nuestras debilidades:
mostramos que estamos divididos en cuanto a los rehenes;
mostramos que estamos divididos en política;
mostramos que estamos divididos en religión (leyes de enrolamiento)
mostramos que estamos divididos con nuestros aliados;
mostramos que el antisemitismo a nivel mundial es enorme;
mostramos que ni siquiera podemos silenciar los medios de información que nos pintarrajean con alquitrán a diario;
mostramos que somos frágiles ante instituciones como la ONU y la Corte Penal Internacional;
mostramos que no podemos ni siquiera contra la UNWRA;
mostramos que no nos ayudan los ejércitos de ONU en la frontera norte (Líbano) y en la frontera sur (Sinaí), o más bien ayudan a nuestros enemigos.

 SOLUCIONES – La primera e imprescindible es la renuncia de Netanyahu y formar un gobierno de unidad nacional. Eso ya se vio que es imposible mientras gobierne el señor Benjamín Netanyahu, el principal responsable del 7 de octubre, el responsable de que existan tantos partidos formados por gente que por su culpa tuvieron que abandonar el partido Likud, el responsable de que el Likud hoy mismo no tiene una línea clara sino que hay mucha división interna y claramente a la vista como es el ejemplo del ministro Gallant, el responsable de que en la coalición de gobierno estén incluidos lo peor de la política israelí que es la extremísima ultraderecha, y que hasta quien no pudo ser ministro por veto legal debido a sus antecedentes tiene suficiente fuerza para exigir barbaridades amenazando con tirar abajo la coalición. Al tener un gobierno de unidad y sin Netanyahu, lograremos además el apoyo pleno de nuestros aliados, y sin la menor duda también habrá apoyo de muchos que hoy están en nuestra contra.

La segunda es que la guerra sea dirigida por un comité especial de no más de tres miembros, todos con experiencia militar, pero que no dependa del gobierno político.

 La tercera es tener separado el gobierno de la acción militar, y el gobierno esté centrado en lo que tenga relación con lo que ayude a lo militar, dejando de lado la discusión de leyes que no se relacionen con la guerra, que puedan quedar relegadas para cuando haya paz, que no dividan al pueblo en momentos en que el pueblo debe estar unido.

La cuarta depende del cumplimiento de las leyes vigentes: sin discusión porque está legislado, TODO ciudadano apto físicamente y con la edad requerida, deberá cumplir con el servicio militar obligatorio. Se deberá respetar que la ley es igual para todos en una democracia, y quien no obedece está atentando contra la democracia, para lo cual existen penas legalmente establecidas. En tiempos de guerra esta desigualdad empeora la situación.

La quinta es eliminar todos los ministros sin cartera, nombrar un ministerio de “hasbará”, esclarecimiento y propaganda, que se encargue de pleitear contra todo medio de prensa extranjero o nacional que utilice difamación y mentiras contra nuestro país.  Es vergonzoso que el esclarecimiento lo estemos haciendo quienes desde el periodismo privado luchamos contra la propaganda negativa que hacen nuestros enemigos, lamentablemente con buenos resultados.

Por último, no dar un solo centavo a ninguna organización perteneciente a la ONU mientras sus ejércitos en nuestras fronteras no hagan algo efectivo para protegernos, y mientras no clausuren totalmente a UNWRA y al mantenimiento de los campamentos de “refugiados palestinos” en distintos países. Eliminando el mecanismo de heredar el carácter de refugiado que solamente tienen los palestinos, quedarían unos pocos refugiados de 1948, quienes tendrían derecho a volver a vivir en Cisjordania o Gaza, bajo un gobierno que no será el de Israel.

Dice un refrán: El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás. Por eso debemos dar el primer paso, que es que el señor Benjamín Netanyahu renuncie ya al cargo de primer ministro, para hacer posible todo lo demás, que dicho de otra forma es volver a la normalidad.

Acerca de Mauricio Aliskevicius Rogovich

Nacido en Uruguay el 23 de octubre de 1937 - títulos universitarios: Licenciado en Ingeniería Sanitaria - Rematador y Tasador Oficial. Ciudadano israelí desde el 3 de diciembre de 2003. Residencia: Rehovot.

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