Tres de los sobrevivientes puertorriqueños más pequeños y frágiles pasaron lo peor del huracán María y resistieron en un hospital hasta que las ventanas de la instalación quedaron destruidas, el agua inundó salas, pisos y pasillos y el servicio eléctrico se vio interrumpido.
Fue lo que vino después del impacto de huracán lo que casi les cuesta la vida.
Y también, afortunadamente, lo que los puso en contacto con una red de profesionales que se encargó de rescatar a los tres recién nacidos de la destrucción que vive la isla, y traerlos al Nicklaus Children’s Hospital, donde fueron operados de emergencia del corazón menos de 48 horas después de la llegada del huracán a Puerto Rico.
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