Un hombre que estaba recibiendo tratamiento del médico Tali Shaltiel de la organización IsraAID le preguntaba continuamente: “Diga la verdad, ¿es usted judío?”.
Cuando el pequeño bote de goma lleno de sirios y afganos emergió del mar a la medianoche en una playa desolada, los primeros en saludar a los desconcertados y asustados refugiados eran dos israelíes.
“¿Alguien necesita un médico?” Majeda Kardosh, de 27 años, una enfermera de Nazaret, gritó repetidamente en árabe cuando los solicitantes de asilo se apresuraron a tierra en medio de gritos de celebración y lágrimas de alivio por sobrevivir a la corta pero peligrosa travesía desde Turquía a una isla griega.
Su compañero de equipo, Tali Shaltiel, de 31 años, un médico de Jerusalem, se puso de pie hasta las rodillas en el agua, ayudando a una niña de 4 años que temblaba mojada.
Kardosh y Shaltiel son parte de un pequeño grupo de avanzada de voluntarios de IsraAid, una organización no gubernamental israelí que está tratando de dar un poco de ayuda a los cientos de miles de refugiados y migrantes que están yendo hacia Europa.
Mientras IsraAID tiene un montón de experiencia en socorro y asistencia de desastres en 31 países – desde el terremoto y el tsunami de 2011 en Japón hasta el brote del Ébola en África Occidental – esta misión presenta un desafío único: Los beneficiarios provienen de países que son tradicionalmente hostiles o incluso oficialmente en guerra con Israel.
Siempre!
que ejemplo para el mundo !!!