A veces llega un momento cuando ya no se puede más. Este es el momento en el cual el gobierno de Netanyahu está tirando todos los valores universales a la basura. No es solamente por poner a Liberman como Ministro de Defensa, es ya toda la orquesta. Una orquesta peligrosa que ya no entiende nada de humanismo, nada de los valores básicos, todo lo que desea es desconectarse del mundo y seguir pensando que todos nos odian y que nada más estar en guerra todo la vida es la manera de vivir en Israel. ¿Y el Primer Ministro? El no tiene ninguna ideología, sólo le interesa seguir siendo el Primer Ministro.
¿Y el pueblo?, parte del pueblo cree todo lo que le cuentan, le encanta el fascismo sin estar seguros de lo que esto realmente quiere decir. ¿Y la otra parte? la otra parte le gusta llorar pero no actuar.
Cuando los valores básicos están más que amenazados. Cuando el gobierno sale en contra de los jueces, cuando la ministra de cultura quiere intervenir en contenidos culturales, cuando el ministro de educación mantiene una doctrina problemática en términos democráticos. Cuando los miembros de la coalición salen en contra de un comandante del ejército porque dijo la verdad sobre el racismo que está ganando popularidad. Y cuando echan al ministro de defensa porque quiere cuidar los valores humanistas y universales del estado. Cuando todo eso y mucho mas pasa, hay que derribar al gobierno.
No podemos dejar que un grupo de fascistas que venden al pueblo una visión mágica de las ventajas de tener un estado racista anti democrático, sigan manejando este país. Eso es lo que está sucediendo aquí, ahora.
Cuando el cambio, es una acción cosmética, simplemente se ve. Pero cuando ya es una transformación profunda, es un cambio a la locura. Ciegos que ya no ven el camino. Entonces, ¿qué debemos hacer?. Este es el momento adecuado para salir a las calles, para derribar el gobierno si lo que queremos es un buen futuro para nuestros hijos.
Hay momentos que hemos de luchar por y para Israel y salir en contra de esos que la pintan de colores peligrosos. El fascismo y el racismo son dañinos y son el final de Israel. Todos lo tenemos que entender así antes de que sea demasiado tarde.
Quiero Israel con mi alma, Israel democrática, judía, liberal, que no discrimina a nadie por su religión, sexo, raza, orientación sexual o clase social.
Yo saldré a la calle aunque sea solo. Para hacer caer este gobierno, y para que mis hijos nunca me puedan decir: papá, ¿por qué no saliste a protestar?. ¿Por qué no hiciste nada para que esto no sucediera?
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