La desilusión de una victoria

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“Los judíos nos caracterizamos por tener demasiada historia en el alma y muy poca geografía en la mente” (Isaiah Berlin)

La historia de la creación del Estado de Israel en 1948 es larga y convulsa. La idea se formuló en el Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897. El inspirador de aquella asamblea fue Teodoro Herzl quien llegó a la conclusión que existía un sentimiento estructural antijudío en el mundo occidental y que sólo podía superarse con la creación de un Estado hebreo.


Años más tarde diría que en Basilea fundó el Estado judío y que quizás, dentro de cinco o cincuenta años, todos lo entenderían. Fue en dicha ciudad suiza donde empezó la a moverse la maquinaria política para crear una patria propia. Pero aún faltaba convencer a la comunidad internacional.

El primer paso importante en ese aspecto lo dio el ministro de Exteriores británico, Arthur Balfour, que en 1917 declaró que el gobierno británico vería con buenos ojos el establecimiento en Palestina de un hogar nacional judío y haría todo lo posible para alcanzar ese objetivo, quedando muy claro que no se realizaría nada que pudiera perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías en dicho territorio.

Fue un paso gigante para la creación del futuro Estado de Israel. El reconocimiento del derecho a existir como nación, formulado por Inglaterra, la gran potencia europea del momento, se tradujo en una emigración masiva de judíos de toda Europa hacia Palestina. Al terminar la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de las Naciones otorgó a Gran Bretaña el mandato sobre Palestina que había formado durante siglos parte del Imperio Otomano.

Paradójicamente, fueron los mismos británicos los que impidieron en la medida de sus posibilidades la emigración de judíos a Palestina. Pero cuando llegaron las persecuciónes masivas y el Holocausto nazi, se creó en la conciencia internacional la necesidad de acelerar la creación del Estado que vio la luz en 1948.

Ben Gurión fue el primer jefe de Gobierno; pero él no pensaba tanto en un Estado como en un hogar nacional. «El viej» saboreaba la palabra kibutz, comunas agrarias, cooperativas, utópicas, la colonización masiva del Neguev. Ben Gurión era la reencarnación de esos profetas bíblicos que tenían con los milenios la misma familiaridad que nosotros – comunes mortales – tenemos con las semanas.

Muchos árabes se convirtieron en ciudadanos israelíes. La gran mayoría huyó o se quedó con la intención de resistir al arrebato pactado o forzoso de sus tierras. Se sucedieron varias guerras entre israelíes y árabes. Siempre triunfaba Israel.

La victoria más espectacular se produjo en junio de 1967 cuando el ejército israelí derrotó sin contemplaciones a todos los ejércitos árabes que se le enfrentaron.

La guerra tuvo una justificación convincente: El presidente egipcio Nasser, panarabista, envió a su ejército a la península del Sinaí, bloqueó el paso del tráfico de barcos israelíes por el Golfo de Ákaba y expulsó a las fuerzas de paz de la ONU que custodiaban esas tierras desmilitarizadas.

Dicha guerra asombró al mundo en general y al mundo judío en particular. Israel, con Moshé Dayán como titular de Defensa e Itzjak Rabín al frente del ejército, conquistó en sólo seis días toda la península del Sinaí, los Altos del Golán de Siria, Cisjordania, que contenía las bíblicas Judea y Samaria, y reunificó la ciudad de Jerusalén. Algunas corrientes judaicas hablaban en lenguaje de «mesianismo» y «redención».

Hoy, a 45 años de aquella guerra, se puede afirmar con seguridad, que fue una victoria demasiado cara de la que se han derivado todos los conflictos posteriores:

  • Organizaciones con orientación mesiánica se apoderaron de territorios de lo que ellos denominaban «el Gran Israel» sin dar a sus ocupantes los derechos políticos imprescindibles.
  • Se conquistaron tierras sin otorgar una salida política a los habitantes palestinos que se han quintuplicado desde entonces.
  • Israel no ha vivido un solo día en verdadera paz. El país está en constante estado de alerta y sigue sin encontrar una salida política que le permita tener una existencia normal.
  • A pesar de todos los intentos para alcanzar la paz, a través de acuerdos y también utilizando la fuerza, casi nada se ha conseguido.
  • El odio y la incomprensión entre los dos pueblos no han hecho sino aumentar.
  • A 45 años de la fulgurante victoria, los israelíes están más lejos que nunca de haber superado la causa de su trauma existencial: preservar la esencia judía del Estado junto a la bomba demográfica de los palestinos.
  • Los palestinos siguen acosados por el abandono, la desolación y el rencor por haber despreciado o malgastado varios intentos de solución, o por adoptar salidas negativas como la violencia o el terrorismo.

Turbado por su empresa colonizadora en Judea y Samaria, Israel no puede eludir su responsabilidad en este fracaso.

La sangre no deja de correr y la situación se degrada aún más en la región. Nuevos grupos extremistas islámicos entran en escena en los diferentes países de la zona y los cada vez más sofisticados misiles lanzados por terroristas de Hamás, estallan en las ciudades de Israel, mientras la opinión pública israelí, bastante martirizada y precavida, se interroga sobre las problemáticas salidas de este conflicto y sobre la mejor manera de contrarrestar la inestabilidad crónica y la fragilidad estratégica que reinan en Oriente Medio.

Mientras tanto, en Palestina, ante la constante lucha por el poder entre Hamás y Al Fatah, entre el islamismo radical de aquél, cuya superioridad operativa en Gaza es manifiesta, y el tibio laicismo nacionalista de este, más fuerte en Cisjordania, la cohabitación entre estas dos fuerzas palestinas parece imposible. Por eso decaen todas las conjeturas sobre el nuevo intento de formar un gobierno de unidad nacional auspiciado y financiado por Arabia Saudita.

Los israelíes, que en los años ’80 contribuyeron al nacimiento de Hamás, para debilitar a la OLP, dirigida entonces por Arafat, ahora no saben si apoyar a Al Fatah, con el riesgo de colgarle el estigma de la colaboración, o mantener la neutralidad, pese a que cualquier represalia a un atentado desde Gaza, otorgaría justificativos a los extremistas y tendría el efecto de unificar al mundo árabe-islámico contra el Estado hebreo.

Por si todo eso fuera poco, el Gobierno israelí aún no da la orden de desmantelar asentamientos ilegales que se han construido en territorios que el derecho internacional y hasta la misma Corte de Justicia les niega. Los palestinos, por su parte, han organizado Intifadas, han practicado el terrorismo, continúan matándose entre ellos y están más divididos que nunca. La radicalización islámica aumenta día a día.

Hoy, a 45 de la Guerra de los Seis Días, sólo hay una salida posible para alcanzar la paz. La misma que David Ben Gurión – entonces ya fuera del quehacer político – propuso sólo tres días después de aquella victoria, cuando todos los israelíes aún no conseguían salir de su asombro y euforia: Israel deberá llegar a un acuerdo, abandonar territorios y compartir con los palestinos la ciudad de Jerusalén. Los palestinos habrán de abandonar la violencia, el terror y la idea de recuperar las tierras que perdieron en 1948; además deberán asegurar a los israelíes que estos podrán vivir en paz dentro de sus fronteras.

Así de simple; todo lo demás es letra pequeña, insignificante, miserias humanas, intolerancias, muerte y dolor. Lo que importa es un futuro en el que la convivencia entre los dos pueblos sea normal. Pero separados y distintos.

*Alberto Mazor es Director de www.argentina.co.il , www.semana.co.il y www.israelenlinea.com .

Acerca de Alberto Mazor

Educador, profesor y maestro; más de 30 aňos de experiencia en educación formal e informal, dentro y fuera de Israel.Escritor y periodista, Últimos libros publicados:"Dos aňos en el desierto"; Ed. Milá; Bs.As; 2005."Sobre encuentros y despedidas"; Ed. Milá; Bs.As.; 2006.Ambos fueron presentados en la 33ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires bajo el título "Libros sin Fronteras" en 2008.Numerosos artículos sobre historia del pueblo judío, análisis político de Oriente Medio y pensamiento judaico fueron publicados en "Proceso" de México, "Excelsior" de México, "Nueva Sion" de Argentina, "Revista Horizonte" para América Latina, "Radio Jai" de Argentina, "Paz Agora Br" de Brasil, "Semanario Hebreo" de Uruguay, "Semana.co.il", "Argentina.co.il", "Porisrael.org" y en decenas de portales, sitios y blogs de Internet en Israel, América Latina y España.Instrucción académica:Licenciado en Educación Social, Historia, Filosofía, Historia del Pueblo de Israel, Historia de Oriente Medio y Pensamiento Judaico; Universidad de Haifa.Maestría en Ciencias Políticas; Universidad de Haifa.Título de docente para universidad y escuelas secundarias; Universidad de Haifa.Idiomas: hebreo, espaňol, portugués, inglés.Ocupación:2009 - 2010* Director editorial de www.semana.co.il y www.argentina.co.il2008 - 2009* Director de Contenidos de la empresa Zeeng - Comunicación en alta tecnología: www.zeeng.com2003 - 2008* Director del proyecto educativo-vivencial "Coexistencia Pacífíca" entre judíos y árabes del Kibutz Metzer y la aldea árabe Meisir. Organización de seminarios en todos los idiomas para grupos de jóvenes estudiantes de Israel y de todo el mundo y diferentes organizaciones en general. Galardón CICLA 2009. www.metzer.org.il/dukium/index.htm* Director ejecutivo y de contenidos de "Latina Media Group", empresa que construye y difunde portales comunitarios latinos en Internet en español, portugués y hebreo: www.latinamediagroup.com2000 - 2003* Representante de la Dirección Sionista Mundial en México y América Central. Director del Departamento de Aliá del la Agencia Judía en la zona. Responsable por la hasbará israelí en toda la región, desde México a Panamá.1997 - 2000* Centralizador de recursos humanos del Kibutz Metzer y de susindustrias. Responsable por la instrucción académica de sus miembros.1993 - 1997* Secretario General del Movimiento Juvenil Educativo Hashomer Hatzair y la Unión Mundial de Meretz. Director del Departamento de Educación y Latinoamericano del movimiento. Director de todos los grupos de jóvenes que llegaban a Israel en diferentes planes educativos. Organizador de los viajes a Polonia y sus seminarios.1985 - 1993Profesor, educador y maestro en la Universidad de Haifa y en laescuela secundaria regional israelí Mevoot Irón.1980 - 1984Sheliaj Educativo-Comunitario de la Agencia Judía en la Comunidad Sefaradí de México, en el Movimiento Juvenil Educativo "Dor Jadash" y en el Colegio Sefaradí de México.

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