Toma exterior de una escuela
Primer día de clase
Cámara se dirige al patio, ahí vemos a los alumnos entrando a sus clases después de la bienvenida que les dio el director.
Roberto: (Dirigiéndose a Gabriel junto a la puerta principal) Me da mucho gusto que vamos a trabajar juntos, al principio las horas se te hacen eternas, pero te acostumbras.
Gabriel: Me siento muy raro con el uniforme y la pistola. Ni siquiera en Argentina fui al ejército.
Roberto: Hermano te tienes que acostumbrar a tu nueva situación.
Gabriel: (Triste) No se como pude llegar a esto, por favor guardémoslo en secreto, no se lo comentes a nadie.
Roberto: ¿Ni a Susana?
Gabriel: Si algún día viene a Israel, se lo contaré por supuesto.
(Se les acerca una mujer joven y guapa)
Osnat: Hola Roberto ¿cómo estás, cómo estuvieron las vacaciones?
Roberto: Muy bien. Mi esposa se fue con los hijos a Nueva York a visitar a sus padres, así que yo realmente disfruté las vacaciones. Bueno las sigo disfrutando, ya que solo regresarán la semana entrante. (Después de unos minutos de silencio) Ni yo creo mis mentiras, la verdad es que los extraño mucho.
Osnat: Yo se cuanto los quieres. Se nota que te diste unos buenos baños de sol.
Roberto: No nomás de sol…y a propósito te presento a Gabriel, amigo mío desde Argentina.
Osnat: Ah!, otro gaucho guapo.
Gabriel: ¿Que dijo? aún mi hebreo no es muy bueno.
Roberto: Que estas muy feo
Osnat: No feo, lindo. Veo que cambiaron a todos los agentes, pero que bueno que tú quedaste.
Roberto: Hubo cambios en la agencia. ¿Y tu qué hiciste en las vacaciones?
Osnat: ¡Me divorcié!
Roberto: Pues vaya manera de pasar las vacaciones. Pero hace poco estuvimos bailando en tu boda.
Osnat: Así es, pero resulto que él era homosexual.
Roberto: ¿Cómo?! ¿Homo, y tú no lo sabías?
Osnat: Haciendo el amor por Internet difícilmente se da uno cuenta, acuérdate que él vivía en Australia. Y si lo hubiera sabido no me hubiera casado con él.
Roberto: Entonces era un pingüino travieso.
Osnat: (Suena la campana) Me voy corriendo, tengo que trabajar.
Roberto: (Dirigiéndose a Gabriel) Guapa la mujer, ¿no?
Gabriel: Para mi gusto, viste muy atrevida, enseña demasiado para ser maestra
Roberto: Es que ella no es maestra, es sicóloga.
Gabriel: De todos modos podría venir más recatada a la escuela.
(En eso se les acerca Olga)
Roberto: ¿Cómo me dijiste que te llamas?
Olga: Olga, ¿dónde puedo tomar café?
Roberto: En el salón de los maestros, entra a la escuela y el segundo cuarto a la derecha.
Gabriel: Yo a esa rusa la he visto y no recuerdo donde.
Roberto: A lo mejor en el Maon Olim?
Gabriel: No, no.
Roberto: A propósito, ¿en dónde te dieron el departamento?
Gabriel: Ahí fue donde la vi.
Roberto: Te sientes bien, ¿de que hablas?
Gabriel: De Olga, es mi vecina.
Roberto: Olga, ¿la nueva agente?
Gabriel: Si, de ahí la conozco ella vive en el piso de arriba. El otro día casi llamo a la policía.
Roberto: ¿Por qué?
Gabriel: El sábado pasado se oían unos gritos de arriba.
Roberto: ¿Tiene marido?
Gabriel: Yo que se, es un hombre con aspecto mafioso.
Roberto: A todo eso, ¿no me has dicho donde vives?
Gabriel: En Tel Aviv, cerca de la tajana merkazit, en un edificio viejo y feo, y tengo que buscarme un compañero para compartir la renta.
Roberto: Pues tengo alguien para ti.
Gabriel: ¿A quién?
Roberto: A este nuevo agente, (lo señala) es un joven muy simpático, y como viene de Beer Sheva, no tiene aún donde vivir.
(Se acerca a ellos Roy)
Roy: Hola, ¿me podrían decir donde hay café?
Roberto: Entra a la escuela y el segundo cuarto a la derecha y más tarde ven, que te voy a comentar sobre un departamento que puedes compartir con mi amigo Gabriel.
Roy se dirige a la escuela está entrando al cuarto de ahí sale Olga con una taza se café y se tropiezan y el café cae sobre el pantalón de Roy, él la mira con disgusto.
Olga: (Apenada y con la cara agachada tratando de cubrir su rostro y sus ojos irritados de tanto llorar un día antes) Disculpa.
Roy: (Irónicamente) ¿Es que acaso en Rusia caminan mirando para abajo?
Olga: (Alzando la cara enojadísima, se le caen las gafas oscuras) Con mi país no te metas idiota. Quítatelo y te lo lavo, ¿cuál es el problema?
Roy: (Impresionado de ver su rostro lastimado) El problema no es la mancha de mi pantalón, sino tu tristeza.
Olga: Y a ti que te importa mi dolor. (Y se va)
Roy: (Hablando para si mismo) Que se cree esta rusita, aún no sabe quien soy, todavía ninguna damita se me ha escapado y menos una muy guapa y uniformada jajá. (Limpiándose el pantalón) y no necesito café para…
Fin de capitulo 5
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