Mirar atrás es… salir en busca de esas plumas voladas de
aquella almohada mullida de sueños por
cumplir.
Mirar atrás es… llorar la ausencia de paredes y aromas
familiares, que el tiempo se ocupó en demoler.
Mirar atrás es… darme cuenta que hoy, soy analfabeta de
alfabeto nuevo. Porque, de puro porfiada, a
máquinas- de siglas repletas- me resisto.
Mirar atrás… Me hace doler la osamenta usada de
neuralgias y nostalgias. Y pesa.
Mirar atrás… Me recuerda lo liviana que solía ser, cuando
sobre la almohada de los sueños y plumas,
cerraba los ojos y el Libro de la Vida:
abría… yo, recién.
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