El evento se convirtió en pesadilla al amanecer del sábado, cuando más de 1.000 yihadistas invadieron el sur de Israel al amparo de una lluvia de cohetes. El desgarrador relato de los rescatistas: “Los asesinaron a sangre fría”. IMÁGENES SENSIBLES
Un escalofriante vídeo muestra el momento en que los aterrorizados asistentes a un festival de música en el sur de Israel se vieron obligados a esconderse para evitar la lluvia de balas de los terroristas armados de Hamas en una masacre que ha dejado unos 260 civiles muertos y un número indeterminado de secuestrados.
Los supervivientes del ataque publicaron videos en los que se les veía arrastrándose bajo los arbustos y grabando en voz baja mensajes de despedida a sus seres queridos mientras veían cómo masacraban a las víctimas.
Miles de jóvenes habían bailado toda la noche en el festival Supernova, celebrado en la zona del sur de Israel próxima a la frontera con la Franja de Gaza.
Pero la fiesta se convirtió en tragedia al amanecer del sábado, cuando más de 1.000 terroristas de Hamas cruzaron la frontera de Gaza hacia Israel e invadieron las comunidades fronterizas al amparo de una lluvia de cohetes.
Los terroristas irrumpieron en Israel en motocicletas, camionetas, lanchas rápidas y planeadores motorizados, algunos de los cuales se vieron sobrevolando el festival en un vídeo ampliamente compartido en Internet.
Cuando irrumpieron a la fiesta, los terroristas comenzaron a disparar indiscriminadamente contra la multitud.
En otras imágenes, se veía a los asistentes al festival huyendo por un descampado hacia los coches mientras se oían disparos. Se oye a algunos gritar “¡vamos, vamos, vamos!” mientras se agarran de las manos y se alejan corriendo de los camiones que se acercan, que les siguen rociando balas.
En otro vídeo filmado por la cámara de un auto mostraron cómo terroristas armados ejecutaban a los civiles mientras yacían en la arena antes de registrar sus bolsillos y vaciar las bolsas de sus coches.
Reuters ha podido verificar la ubicación de las imágenes de la cámara a partir de las tiendas de campaña, los árboles y la valla que se veían en las imágenes de dron del recinto del festival calcinado.
Muchas víctimas aterrorizadas habían huido a pie por la arena hasta sus coches en un intento de huir de la masacre, sólo para encontrarse con los disparos de los atacantes amontonados en jeeps que iban “árbol por árbol” en busca de objetivos.
Anoche se vieron cadáveres de jóvenes juerguistas apilados unos encima de otros en tiendas improvisadas, mientras los trabajadores de emergencias trataban de identificar sus restos.
La angustiosa imagen, compartida de forma pixelada en la página oficial de Twitter del gobierno israelí, mostraba a decenas de víctimas metidas en bolsas para cadáveres en el lugar de la fiesta.
El servicio de rescate israelí Zaka declaró posteriormente que había recuperado al menos 260 cadáveres tras el atentado.
Ese sombrío balance significa que el número de muertos en la fiesta representa más de un tercio del total de víctimas mortales del asalto de Hamas, que el ejército israelí cifra en más de 700.
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