Con un llamado a “rechazar la violencia política y al respeto irrestricto de los derechos humanos”, la Comunidad Judía de Chile dio inicio este martes 5 de septiembre a la oración por Chile (Tefilá por Chile), en la sinagoga de Viña del Mar, ceremonia que estuvo encabezada por la primera mujer presidenta de la entidad, Ariela Agosin, y donde además participaron como representantes del Gobierno el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde, y el canciller Alberto van Klaveren.
En la oportunidad y aludiendo a la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, Ariela Agosin, lamentó la polarización del país y llamó a reflexionar sobre los hechos dolorosos del pasado con mirada de futuro. “Probablemente no hay consuelo posible para quienes sufrieron con los hechos de nuestro pasado cercano, pero debemos recordar que fue la enemistad cívica la que derivó en una peligrosa dinámica de odio, que a su vez llevó al enfrentamiento entre chilenos. Debemos fortalecer las instituciones democráticas, rechazar la violencia política y respetar de forma irrestricta los derechos humanos“, dijo la líder de la Comunidad Judía de Chile.
A lo anterior agregó que “tenemos que ser capaces de convivir con nuestra historia y aprender de ella. Abogamos por el respeto a las diversas culturas, religiones, creencias, respeto en definitiva a todas las minorías y a su derecho a vivir de manera tranquila y plena. Debemos avanzar como sociedad hacia una legislación que promueva la sana convivencia, que sancione de manera clara la discriminación, la violencia hacia el que es o piensa diferente y a los discursos que incitan al odio”.
Las palabras de la presidenta de la Comunidad Judía de Chile se dieron en el contexto de la plegaria por el bienestar del país y sus gobernantes, que se realiza desde el 2010 y que es el equivalente al Tedeum católico, y contó con la presencia de aproximadamente 300 personas, entre las que estaban varias autoridades y políticos de diversos partidos.
“Debemos aprender de las lecciones del pasado”
En la oportunidad, el ministro Álvaro Elizalde, quien recibió un obsequio de la Comunidad Judía, expresó que “esta oración es muy importante, porque da cuenta de la diversidad religiosa que existe en Chile. Además, cuando conmemoramos los 50 años del quiebre democrático, debemos aprender de las lecciones del pasado para construir un futuro que siempre tenga en el centro la dignidad de las personas. La principal riqueza de Chile es su diversidad. Y los problemas de la democracia se resuelven con más democracia. Espero que este sea el acervo cultural para las próximas generaciones. Eso significa fortalecer la democracia y valorar la diversidad como nuestra principal riqueza”.
La ceremonia tuvo lugar en la sinagoga Comunidad Israelita de Valparaíso, ubicada en Viña del Mar, como una señal de descentralización y reconocimiento al aporte que hacen las regiones al desarrollo del país. Durante el rezo, los rabinos de Chile elevaron plegarias por la paz, la esperanza, la solidaridad, el bien común, el diálogo y el entendimiento.
El acto terminó con una oración interreligiosa entregada por los representantes de todos los credos.
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