“Apenas logro hacer una ensalada. No he hecho nada desde ese sábado negro excepto estar con los niños. Hace unos días estuve en Kaplan y no podía parar de llorar.”
Ascaf Avraham, fotógrafo israelí
Ascaf es fotógrafo de la compañía israelí de danza Batsheva, una de las más reconocidas del mundo. Las imágenes que capturó esta semana, en vez de luz, movimiento y pasión, captan la profunda aflicción, dolor y solidaridad del pueblo de Israel por los 230 rehenes que aún hoy están en manos del grupo terrorista Hamás en Gaza.
Han transcurrido 24 días de la masacre del 7 de octubre, en el que 1500 personas fueron cruelmente asesinadas. Un pesar que no nos deja funcionar es parte del trauma nacional que estamos viviendo en Israel. Y es que la violencia despiadada con la que los terroristas de Hamás trataron a hombres, mujeres, ancianos, algunos de ellos, sobrevivientes del Holocausto, niños y bebés en los pueblos aledaños a la Franja de Gaza es monstruosa. Los ciudadanos de Israel no somos los mismos, después del sábado negro.
Mientras continúan lloviendo los cohetes en el sur, centro y norte del país, también una lluvia de mensajes de whatsapp inunda nuestros celulares, requiriendo ayuda inmediata para casi un cuarto de millón de desplazados, tanto de ciudades y kibbutzim que fueron quemados y evacuados en el sur, como del norte del país, a causa de la escalada de violencia de otro grupo terrorista, Hezbollah, en Líbano.
Todos abrimos nuestras alacenas y armarios para apoyar las necesidades básicas de las familias, como sábanas para camas, cubiertos para comer, ropa para vestir y juguetes para los niños. Otros acompañan a las familias que viven en un planeta paralelo, un planeta de agonía, esperando noticias de sus seres queridos.
“Nos volvimos a parar juntos, más de 200 hombres y mujeres, en silencio, sosteniendo la foto de cada secuestrado. Hoy y mañana, y hasta que todos estén de regreso en casa, volveremos a solidarizarnos con las familias y con un mensaje claro: liberen a los rehenes de inmediato.”
Michal Vaknin
escribe Michal Vaknin en su página de Facebook.
El sábado por la noche se organizaron por todo el país al menos 20 vigilias de apoyo a las familias de los cautivos y en memoria de los asesinados. Muchos impulsaron el tema de un intercambio de prisioneros para garantizar la libertad de los cautivos retenidos en Gaza.
La guerra psicológica que el grupo terrorista Hamás ha forjado contra el pueblo de Israel es profundamente dolorosa. La incertidumbre en la que viven las familias de los rehenes es insoportable.
Rachel Goldberg, la madre de Hersh de 23 años, uno de los jóvenes sobrevivientes de la masacre perpetrada por Hamás durante el festival de Re’im y que fue llevado cautivo a Gaza, dio su desgarrador testimonio en un foro de las Naciones Unidas.
“Sí, aquí vivo, en un universo diferente al de todos ustedes. Ustedes están justo ahí. Parece que vivimos en el mismo lugar. Pero como todas las madres y todos los padres, esposas, maridos, hijos, hermanos y hermanas y seres queridos de los secuestrados, en realidad, todos vivimos en un planeta diferente.
Y la pregunta más cruel que a todos nos hacen sin mala intención es ¿Cómo estás?
Bueno, imagina a tu propia madre y luego imagínate que le dicen: sólo hay dos opciones. O estás muerto, o te volaron el brazo y te secuestraron a punta de pistola en Gaza y nadie sabe dónde estás o si te desangraste en esa camioneta hace 18 días, o si moriste ayer, o si moriste hace 5 minutos. Esa es mi respuesta para ti”
Rachel Goldberg, madre de Hersh
Este planeta más allá del dolor, es un planeta sin sueño, un planeta de lágrimas, un planeta de agonía. En ese planeta viven más de 200 familias en Israel y no solo en Israel. Cien de los secuestrados son de 33 países de Europa, Asia, África y América, incluyendo Colombia, Argentina y México.
¿Dónde está el mundo? Griten nuestro grito al cielo y a los terroristas de Hamás: ¡Libérenlos!
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