El diario británico The Guardian no renovó el contrato a su caricaturista Steve Bell, luego que las últimas caricaturas del ilustrador, que ha trabajado para el medio durante décadas, fueran consideradas «antisemita».
Una semana antes, Bell publicó en su cuenta de X un dibujo que muestra al primer ministro israelí con guantes de boxeo, preparándose para intervenir quirúrgicamente su propio cuerpo en el que se puede ver un mapa de la Franja de Gaza.
En la imagen donde aparece el líder Israelí se lee: «Residentes de Gaza, salgan ya».
El artista publicó una serie de mensajes en la plataforma X, en los que indica que el lunes 9 de octubre envió su caricatura a The Guardian, pero fue rechazada. Además, señaló que también recibió una «amenazante llamada telefónica de la oficina con el mensaje extrañamente críptico ‘libra de carne’», y luego otra con el comentario «tipo judío; libra de carne; tropo antisemita».
El trabajo del caricaturista trata sobre una referencia al personaje de ‘El Mercader de Venecia’ de William Shakespeare, el prestamista judío, Shylock. Según la obra, Shylock presta dinero a otro personaje, exigiéndole que firme un contrato en el que garantiza que, si no devuelve el préstamo a tiempo, le dará «una libra de su propia carne».
El personaje del prestamista Shylock, se considera uno de los más notorios estereotipos judíos de la literatura inglesa debido a su naturaleza tacaña. En la obra, Shylock pide una «libra de la carne» de su amigo Antonio como garantía para conceder un préstamo, si este no se abonaba en un plazo límite de tres meses.
Un portavoz del periódico anunció el despido del caricaturista. «Se ha tomado la decisión de no renovar el contrato de Bell, sus caricaturas han sido una parte importante de The Guardian durante los últimos 40 años; le damos las gracias y le deseamos lo mejor», dijo.
Posteriormente, Bell declaró a The Jewish Chronicle que su dibujo «aborda específicamente el catastrófico fracaso de las políticas» de Netanyahu, acusándolo de haber «llevado directamente a las horribles atrocidades recientes en torno a la Franja de Gaza».
El artista considera que su despido fue «un poco chocante» y afirmó que «The Guardian tiene todo el derecho a no publicar mi caricatura si quiere, pero no debería hacerlo utilizando razones falsas y totalmente inventadas. Todo lo que hace es impedir el debate sobre un tema terrible pero importante».
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