Después de la eliminación de Samir Kuntar, muchos en Israel pusieron en duda la posibilidad de que Hezbollah reaccione. Quizás sea una expresión de deseos o más bien un intento por aplicar la lógica occidental a Hezbollah y Medio Oriente.
Esta evaluación indicaba que Hezbollah no se arriesgaría en este momento a un enfrentamiento con Israel, cuando un tercio de sus fuerzas regulares de combate no tienen capacidad para luchar y un tercio está inmerso en la guerra en Siria. Pero el discurso de anoche del Secretario General de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dejó en claro que está decidido a responder a la liquidación selectiva de Kuntar, incluso si él y su grupo pagan por ello un precio muy alto.
“La reacción a la eliminación de Kuntar llegará, es inevitable, e Israel debe tenerle miedo. Los israelíes tienen ahora un motivo para tener miedo, junto a la frontera, dentro y fuera de Israel”, dijo Nasrallah en un discurso transmitido en pantallas gigantes durante una ceremonia conmemorativa celebrada en la Dahiyah – bastión de la organización en el sur de Beirut. “No podemos tolerar el derramamiento de la sangre de nuestros soldados y nuestros hermanos por parte de los sionistas, sin importar las consecuencias”, advirtió.
Nasrallah, que conoce las leyes de Oriente Medio, sabe que la falta de respuesta podría tener un impacto negativo en la imagen de la organización y en su status en Líbano y Siria. En esta región, la falta de respuesta a la liquidación Kuntar sería interpretada como un signo de debilidad frente a Israel y por lo tanto daría impulso a los enemigos de la organización en el Líbano – ocupado debate sobre quién será el próximo presidente – y otros, como ISIS en Siria.
El autodenominado Estado Islámico, el enemigo número uno de Hezbollah y su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, también decidieron aumentar el nivel de las amenazas contra Israel en los últimos días. Si al Estado de Israel le faltaban amenazas externas hasta ahora, en los últimos días parece haber un concurso entre las dos organizaciones terroristas más fuertes del mundo: “¿Quién logra asustar más a los israelíes?”
Los dos líderes, el sunita al-Baghdadi por un lado, y el chiita Nasrallah por otro, tienen la esperanza de que la retórica amenazante contra Israel los ayude frente a la opinión pública musulmana y árabe, precisamente debido a los problemas que cada uno de ellos padece debido al enfrentamiento mutuo. Mientras ISIS recibe duros golpes en los combates, principalmente en Irak, pero también en Kobane y Alepo, Hezbollah tiene cada vez más bajas en combates en Siria, mientras la escena política libanesa.
El supuesto logro de Rusia y el régimen sirio – el asesinato de Zahran Aloush, el líder del grupo insurgente Jaysh al Islam– no cambiará por si solo la guerra en Siria ni llevará a una victoria inminente de Hezbollah. Más bien todo lo contrario. El golpe a este grupo, el más poderoso en los suburbios de Damasco, retrasará la expulsión de los hombres de ISIS de la zona.
Además, el asesinato llevó a la decisión de los comandantes del Ejército del Islam y otra facción importante “, Ahrar ash-Sham,” de no participar en el diálogo con funcionarios del gobierno sobre el futuro de Siria, previsto para el 25 de enero en Ginebra. Por ello, tanto en el aspecto militar como en el diplomático, la guerra en Siria no se acerca a su fin.
A pesar de todos los problemas de Hezbollah e ISIS en Siria, las amenazas contra Israel no quedarán en el aire y se cumplirán en algún momento. Nasrallah, en su discurso público, no se dejó más alternativa que responder a la muerte de Samir Kuntar, y deberá dar algún paso para demostrar que cumple con su palabra. ¿Hacia dónde llevará ese paso? Es difícil predecirlo, pero seguramente no será hacia un Medio Oriente más pacífico y tranquilo.
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