Por primera vez desde que Irán ingresó a Siria con miles de soldados y milicianos, la República Islámica reduce sus fuerzas y despeja las bases, dijo hoy, martes, una importante fuente de defensa de israelí.
Irán ha sido uno de los principales aliados del régimen en la guerra que ha devastado Siria desde 2011 e insiste en que fue invitado por Damasco y solo se iría a petición suya.
Si bien alguna vez fue visto como un activo clave para mantener el poder, según una importante fuente de defensa Irán se ha convertido en una carga para el presidente Bashar al-Assad, que paga precios cada vez más altos por su presencia.
Israel ha advertido en repetidas ocasiones sobre las ambiciones nucleares de Irán, así como sobre sus aspiraciones de hegemonía regional, y ha admitido cientos de ataques aéreos como parte de su campaña de «guerra entre guerras» para evitar la transferencia de armas avanzadas a Hezbollah en el Líbano y el afianzamiento de sus fuerzas en Siria, desde donde podrían actuar fácilmente.
Según un informe de 2018 en Foreign Policy, Irán tiene 11 bases en todo el país, otras nueve para sus milicias en el sur de Alepo, Homs y Deir Ezzor y 15 que pertenecen a Hezbollah.
A pesar del brote del coronavirus, según publicaciones extranjeras los ataques aéreos de Israel se intensificaron significativamente, tanto en alcance geográfico como en intensidad.
Casi una vez por semana informan de ataques desde las Alturas del Golán contra Al Bukamal, en la frontera iraquí, o Alepo, en el norte del país, donde la inteligencia occidental dice que el Centro de Investigación y Estudios Científicos trabaja en el desarrollo de armas químicascon la ayuda de Irán.
«Israel intensificará la presión sobre Irán hasta que salga de Siria», dijo la fuente.
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